(Este informe fue elaborado con base en las indagaciones realizadas por periodistas venezolanos en Caracas que, por razones de seguridad, no pueden firmarlo).
El presidente venezolano Nicolás Maduro empleó todo el poder de fuego disponible para acabar el lunes con el piloto rebelde Óscar Pérez y su grupo, que desde junio pasado llamaron a derrocar al gobierno, pese a la disposición manifestada por los alzados de negociar su entrega a cambio de que se les mantuviera con vida.
En la operación, que resultó en la muerte de Pérez y seis de sus compañeros, participaron unos 500 efectivos de cuerpos policiales y militares: de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), la Dirección General de Contra Inteligencia Militar (DGCIM), el Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) y la Policía Nacional Bolivariana (PNB), además de grupos parapoliciales al servicio del gobierno (conocidos en Venezuela como “colectivos”), según revelaron fuentes policiales venezolanas a Univision Noticias.
Los funcionarios, equipados con armas de guerra, cercaron la casa donde se escondía el exinspector de la Policía Técnica Judicial, ubicada en el kilómetro 16 de la parroquia El Junquito, una zona rural ubicada a unos 25 kilómetros al oeste de la capital. Llevaban fusiles, granadas, un tanque del Ejército, un par de vehículos blindados y hasta un helicóptero de la Policía Nacional Bolivariana, que sobrevoló la casa. La zona fue acordonada en unos 15 kilómetros a la redonda para impedir el paso de peatones y periodistas.
“En ese operativo contra esos chamos usaron 15 granadas y les lanzaron 20 cohetes de RPG (un proyectil de origen ruso con gran poder destructivo)”, reveló una fuente policial, que pidió proteger su identidad y manifestó su inconformidad por los excesos cometidos durante el procedimiento. En un video divulgado por testigos se capta cuando uno de estos explosivos impacta la vivienda donde estaba Pérez y destroza parte de la estructura.
Desde que hace siete meses, cuando y disparó contra la sede del Tribunal Supremo de Justicia desde un helicóptero y llamó a derrocar al gobierno, Pérez era “el enemigo público número 1” del presidente Nicolás Maduro, según relataron a Univision Noticias sus excompañeros de armas. Su fotografía tapizaba las paredes de todas las comisarías policiales. Encabezaba la lista de los más buscados por los cuerpos de seguridad.
Los excompañeros de armas de Pérez, pertenecientes a las brigadas del Cuerpo de Investigaciones Penales y Criminalísticas (CIPC), fueron desalojados del lugar y excluidas del procedimiento. También fueron relegados de su función de investigación criminal en este caso, pues se sospechaba que sus vínculos con Pérez podían “entorpecer” la operación policial-militar.
La Fuerza de Acciones Especiales (FAES), uno de los grupos tácticos de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), encabezó las acciones, al mando del mayor de la GNB, Rafael Bastardo. La FAES fue creada en 2016 para reprimir las protestas políticas, y rápidamente se convirtió en el grupo policial más letal del país. Ha sido utilizado en las Operaciones de Liberación y Protección del Pueblo (OLP), que suman más de 560 víctimas de ejecuciones extrajudiciales en dos años, y en otros operativos de exterminio similares.
La información disponible hasta el momento y la cronología de los hechos revelan que la intención de las autoridades no era capturar con vida a Pérez y a sus hombres sino liquidarlos.
4:30am: Comienza el operativo
Desde las 4:30 de la mañana del lunes 15, cuando comenzó el operativo policial especial para lograr su captura, Pérez inició un registro en videos (14 en total) y algunos audios de todo lo que iba sucediendo dentro de la vivienda donde se encontraba refugiado junto a sus compañeros.
Las grabaciones las iba subiendo a una cuenta personal de la red social Instagram o las compartía directamente con algunos periodistas que tenía entre sus contactos. Fue así como se iba conociendo lo que ocurría en la edificación semejante a un chalet.
“Aquí nos encontramos en la carretera nueva de El Junquito. Estamos negociando… No queremos hacer frente a los funcionarios”, dijo Pérez en su primer video. Más adelante manifestó su intención de entregarse a las autoridades, junto a sus acompañantes, luego de exigir algunas garantías para su vida.
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9:00am: Pérez intenta negociar su entrega
Para las 9:00 de la mañana, Pérez negociaba su entrega y exigía la presencia de fiscales del Ministerio Público y medios de comunicación, como una forma de garantizar su vida. En la conversación, recogida en un video, con el mayor Bastardo a cargo de la operación, éste le asegura al piloto que el presidente Nicolás Maduro dio la orden de mantenerlos con vida. Pérez insiste en recordarle que no está negociando con delincuentes, sino con patriotas.
Sin embargo, luego de ese intento de negociación se intensificaron los ataques contra la vivienda donde se encontraban resguardados.
“Nos están disparando con lanzagrandas francotiradores, dijimos que nos íbamos a entregar y no quieren dejar que nos entreguemos, nos quieren asesinar”, dijo Óscar Pérez, en otro de los videos que publicó en redes sociales. Para entonces aparecía con el rostro ensangrentado. Ya varios de sus compañeros habían resultado heridos.
En los videos posteriores, la desesperación de Pérez y sus compañeros era mayor. Pedían que no les dispararan, advertían que en el lugar había civiles inocentes, imploraban a Dios y exhortaban a los venezolanos a salir a la calle.
En uno de los últimos videos publicados, el expolicía se mostraba desesperado y con la voz agitada: “No quieren que nos entreguemos, literalmente nos quieren asesinar, nos los acaban de decir… Nos vamos a entregar, no sigan disparando”. Al fondo se escuchaban detonaciones semejantes a las de una película de guerra.
10:30: Silencio oficial tras la toma de la casa
Aproximadamente a las 10:30 de la mañana, funcionarios de la FAES ingresaron a la vivienda ya parcialmente destruida por el impacto de los cohetes RPG y las granadas. Según versiones extraoficiales de ese cuerpo, en ese momento ocurrió un enfrentamiento en el que murieron dos personas identificada por el gobierno como efectivos policiales. En el supuesto choque también resultaron heridos otros ocho uniformados, mientras que nada se sabía sobre el destino de Pérez y sus compañeros.
En medio de la acción, que se prolongó por aproximadamente nueve horas, no hubo información oficial de los ministros de la Defensa (Vladimir Padrino) y Relaciones Interiores (Néstor Reverol). Solo el segundo hombre fuerte del gobierno, el constituyentista Diosdado Cabello; la exministra de prisiones Iris Varela; y el ministro de Agricultura Urbana, Freddy Bernal, se pronunciaron a través de las redes sociales para criminalizar a Pérez.
Bernal hizo circular un audio en el que afirmaba: “En este enfrentamiento murieron aquellos que levantaron la bandera contra la patria”. Se refirió a la situación como un hecho de guerra e informó el fallecimiento de un hombre que murió defendiendo al gobierno, a quien identificó como Heyker.
No hubo más información oficial sobre Óscar Pérez y su grupo en el transcurso del día, aunque la zona donde de ocurrió el enfrentamiento permaneció tomada por la policía hasta el final de la tarde.
Periodistas de la fuente de sucesos obtuvieron extraoficialmente la versión de que el piloto, señalado como terrorista por el gobierno, había muerto al enfrentarse la fuerza pública. Las fotos del cadáver de Pérez entre los escombros de la casa derribada a balazos fueron difundidas en redes, como los videos que él mismo grabó antes de ser asesinado junto con seis personas que le acompañaban.