Los miembros del Congreso demócratas ganaron este jueves el parrido de béisbol anual contra los republicanos 11-2, pero dieron el trofeo a sus rivales en un gesto de deferencia tras el tiroteo que dejó herido crítico al congresista Steve Scalise.
En el registro histórico los demócratas se ponen por delante 40-39.
El Juego de Béisbol del Congreso es un evento caritativo que se realiza desde hace 109 años y es tradicionalmente celebrado como manifestación de bipartidismo por encima de las diferencias coyunturales que enfrentan a republicanos y demócratas.
Este año ese es el cariz que quería destacar la clase política en Washington, tras el ataque que la víspera dejó gravemente herido al tercero en la jerarquía republicana en la Cámara de Representantes, Steve Scalise, y otros cuatro personas que entrenaban para el partido que se realizará la noche del jueves en el estadio de los Nacionales de Washington.
El juego siguió adelante precisamente para reforzar ese cada vez más raro espíritu unitario, pese a que Scalise sigue en estado crítico tras ser baleado por un anti-Trumpista que parece haber estallado con la incandescente retórica política que ha caracterizado el arranque del gobierno de Donald Trump.
A raíz del tiroteo el encuentro de este jueves había adquirido un interés que con seguridad no habría tenido en condiciones normales, sobre todo más allá de la capital estadounidense.
El partido de este jueves resolvió el empate de 39 victorias por lado que se habían producido en las 80 ediciones del juego realizadas desde 1909, cuando a un exbeisbolista profesional devenido en congresista, John Tener, se le ocurrió apoyarse en el más estadounidense de los deportes para apoyar causas caritativas.
Las entradas costab an unos razonables 10 dólares y las ganancias beneficiarán al Centro Alfabetización de Washington, el Club de Niños y Niñas del Gran Washington y la Fundación Sueños de los Nacionales de Washington. Unos 25,000 espectadores asistieron al Nationals Park de Washington.
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A la luz del tiroteo del miércoles se incluyó entre los beneficiarios a la Fundanción de Oficiales Caídos, en reconocimiento de la acción de los agentes de la policía del Capitolio que repelieron al atacante y evitaron una tragedia mayor.
Empate bipartidista
Los demócratas ganaron las primeras seis ediciones del torneo que se fue haciendo cada vez más popular, al punto que en 1928 empezó a ser transmitido por radio
Pero no todos estaban convencidos de que los congresistas debían sacar tiempo de sus tareas parlamentarias para dedicarlo a hacer deportes, sobre todo cuando afectaban votaciones en el Congreso.
Ha habido años difíciles en los que el partido no se ha llevado a cabo como durante la Gran Depresión (1929, 1931) o la Segunda Guerra Mundial (1941 a 1944).
En 1958, el entonces presidente del Congreso, Sam Raybur, terminó con la práctica aduciendo que se había vuelto muy “física”, algo de lo que la mayoría de las personas con seguridad no culparan a un deporte que consideran más parsimonioso al compararlo con otras disciplinas.
Pero regresó ampliado, en 1962, cuando se convirtió en un torneo de cinco encuentros. Allí los republicanos sacaron ventaja ganando 8 de los 10 certámenes que se realizaron con ese formato.
En la última década, que coincidió con parte del gobierno de Barack Obama, los demócratas han dominado el juego con 7 victorias, incluyendo un contundente 22 a 0 que le propinaron a los republicanos en 2013. Pero justo en el último año de Obama y con el mandatario en las gradas presenciando el encuentro el GOP se llevó el triunfo.
Una particularidad es que ya los equipos no se uniforman con los nombres de Republicano y Demócrata, en los últimos años los congresistas prefieren llevar uniformes de los equipo profesionales o colegiales de los distritos que representan.