Un helicóptero pilotado por un policía de investigación de Venezuela sobrevoló este martes por la tarde la sede del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) contra la que lanzó varias granadas, de acuerdo con información del presidente Nicolás Maduro, justo horas antes de que éste advirtiera que utilizaría las armas en caso de que el país se convirtiera en un caos “para destruir a la revolución bolivariana”.
En las imágenes que se difundieron por redes sociales, la aeronave llevaba una pancarta que citaba un artículo de la Constitución, el 350, que insta a los ciudadanos a desconocer “cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticos o menoscabe los derechos humanos”.
Desde el palacio presidencial de Miraflores, Maduro catalogó el incidente como un “ataque terrorista” y aseguró que el helicóptero fue secuestrado a la policía científica y desde él se lanzaron granadas contra la sede del máximo tribunal y también dispararon al edificio donde funciona el Ministerio del Interior.
“No será un grupo de terroristas quien se imponga a la fuerza al pueblo de Venezuela”, dijo al informar que no hubo heridos. Minutos después reitero la advertencia de que usaría las armas de ser necesario para defender a su gobierno y que fuerzas especiales ya activaron la búsqueda de los implicados en este incidente.
En cadena obligatoria de radio y televisión el ministro ministro de Comunicación venezolano, Ernesto Villegas, explicó que la aeronave fue hurtada de la base aérea militar de La Carlota, en Caracas, y que el responsable es Oscar Pérez, inspector adscrito a la división de transporte aéreo de la policía científica (CICPC), de quien dijo está investigado por sus “vínculos con la Agencia Central de Inteligencia” de EEUU.
Villegas señaló que “el complotado” voló la aeronave hasta el Ministerio de Interior en el centro de la capital y “efectuó alrededor de 15 disparos contra la edificación”, mientras en la terraza de ese organismo se realizaba un “agasajo” con unas 80 personas.
Luego, se dirigió a la sede del Poder Judicial donde “fueron efectuados disparos y lanzadas al menos cuatro granadas de origen colombiano y fabricación israelí, de las cuales una no estalló y fue colectada”.
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Maduro identificó a Oscar Pérez como expiloto del exministro de Justicia venezolano, Miguel Rodríguez Torres, un general retirado del Ejército que en los últimos días ha exigido el respeto a la Constitución y a quien el gobierno ha relacionado con un supuesto plan de golpe de Estado y tiene orden de captura.
En redes sociales circuló una foto del helicóptero sobrevolando Caracas. A bordo se ve a dos personas, una encapuchada y otra con la cara descubierta.
También se difundieron al menos cinco videos del funcionario uniformado –que no se identifica– leyendo un comunicado. “Venezolanos, queridos hermanos, les hablamos de parte del Estado. Somos una coalición entre funcionarios militares, policiales y civiles en la búsqueda del equilibrio y en contra de este gobierno transitorio criminal”, se escucha.
“No pertenecemos ni tenemos tendencia político partidista. Somos nacionalistas, patriotas e institucionalistas. Este combate no es con el resto de las fuerzas de seguridad y Estado. Es en contra de la impunidad impuesta por este gobierno. Es en contra de la tiranía. Es en contra de la muerte de los jóvenes que luchan por su derecho legítimo. Es en contra del hambre, es en contra de la falta de salud, es en contra del fanatismo. Esta lucha es por la vida, es por la esperanza que construimos”, agregó.
“Te exigimos, presidente Nicolás Maduro Moros, tu renuncia inmediata junto con tu tren ministerial y sean convocadas de manera inmediata elecciones generales”, instó el funcionario.
Hasta el momento, ningún dirigente opositor ha opinado sobre este incidente. En sus redes sociales, los líderes solo se refieren a otro evento que tuvo lugar pero en la Asamblea Nacional venezolana este martes. Los diputados forcejearon con fuerzas militares que ingresaban a la sede del legislativo con cajas llenas de supuesto “material electoral” sin dar mayores explicaciones.
Venezuela ya cumplió tres meses de protestas opositoras de calle que exigen la renuncia del presidente Maduro y que han dejado decenas de fallecidos, buena parte de ellos por disparos al tórax de balines de goma alterados con metal y que han sido disparados por cuerpos de seguridad del Estado.
