En medio de una rebelión dentro de las propias filas republicanas, el liderazgo del partido en el Senado decidió posponer hasta después del 4 de julio la votación para aprobar el proyecto de ley de salud que busca reemplazar el Affordable Care Act, la ley de salud asequible conocida como Obamacare.
El jefe de la mayoría republicana en la Cámara Alta, Mitch McConnell, dijo que planea reescribir la ley y obtener una nueva calificación de la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO por sus siglas en inglés) para someterla a votación después del corto receso.
“Estamos trabajando para tener a 50 personas”, dijo McConnell al referirse a los votos que se necesitan para aprobar el proyecto de ley. El senador republicano John Thune agregó que seguirán trabajando para llegar a ese número, ya que, asegura, “será un gran alivio para los contribuyentes”. Tal como funciona Obamacare, los actuales impuestos se concentran en pequeñas empresas, la población que tiene más ingresos, además de establecer una penalidad para quienes no se aseguran. Estas tres provisiones son eliminadas en la iniciativa legal.
La decisión de posponer la votación se produjo tras el impacto que generó el informe del CBO, un ente no partidista que el lunes proyectó que 22 millones de personas perderán cobertura de salud en 10 años si la iniciativa legal es aprobada tal como está concebida en estos momentos. Los datos establecen que para el año que viene 15 millones de personas podrían quedarse sin seguro si se compara con la cobertura que ofrece el actual sistema que entró en vigencia cuando Obama firmó la ley en 2010.
Estas cifras parecen haber erosionado el apoyo de un grupo de senadores republicanos que prometió incluso votar en contra de la moción de procedimiento que activaría el debate para su aprobación final.
Entre las críticas más importantes dentro del Partido Republicano está el potencial daño que puede causar el propuesto sistema de salud en la población de menos recursos, que depende en un alto porcentaje del Medicaid, que según la propuesta de ley perderá financiación de manera significativa.
Millonarios recortes
Los recortes al Medicaid son dramáticos ya que ese programa provee servicios de salud a 75 millones de personas, en su mayoría niños, discapacitados, embarazadas y ancianos. El proyecto de ley republicano establece que se frene su expansión, a la que se acogieron 31 estados. Después de 2025, promete cortes todavía más profundos.
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“Los estadounidenses no quieren que Medicaid sea recortado. El estadounidense promedio quiere un buen sistema de salud”, aseguró este martes el líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer. “Queremos sentarnos y hablar sobre esto”, dijo el senador al aseverar que el proyecto de ley de salud necesita una revisión estructural.
Específicamente tres senadores republicanos, Susan Collins, de Maine, Rand Paul, de Kentucky, y Ron Johnson, de Wisconsin, anunciaron en las últimas horas que votarían en contra de la moción de procedimiento para iniciar el debate, lo que puso el proyecto de ley en peligro ya que solo dos senadores republicanos serían suficientes para que la ley no entre en vigencia.
Horas antes de que se diera a conocer la decisión de posponer el voto, Collins escribió en su cuenta de Twitter que quiere trabajar con colegas de ambos partidos para reparar las fallas de Obamacare, algo que según ella “esta ley no hace”.
La bancada demócrata en la Cámara Alta declaró que haría todo lo que está a su alcance para evitar que el proyecto de ley entre en vigencia y pese a que no tiene el poder de voto para frenar cualquier iniciativa, han estado haciendo campaña para resaltar los peligros que representa para la población de escasos recursos, algo que incluso el propio presidente Donald Trump consideró “cruel”.
Por ejemplo, este martes el gobernador demócrata de Colorado, John W. Hickenlooper, habló del impacto que la ley tendría en la población rural del estado, una realidad que podría repetirse en todo el país.
Además, médicos, hospitales y otros proveedores de salud del país han mostrado su fuerte oposición a la iniciativa, aunque un número significativo de empresas a través de la Cámara de Comercio de EEUU han respaldado a los republicanos, especialmente porque se eliminan impuestos obligatorios que financian Obamacare.
Cuando el proyecto de ley estuvo en manos de la Cámara de Representantes, ocurrió el mismo retraso, pero finalmente los republicanos lograron los votos suficientes para mandar la iniciativa legal a la Cámara Alta.