Por Raúl Mejía Santos
El caso Odebrecht ha provocado un terremoto político a medias. Digo a medias porque nadie en su sano juicio concuerda con el argumento de que “son todos los que son y todos los que están”. El proceso judicial luce selectivo, dando una falsa apariencia de justicia y compromiso contra las corrompidas prácticas del gobierno de Danilo Medina.
Los encartados en el proceso, quienes hasta hace poco ocupaban celdas remodeladas al gusto en la cárcel de Najayo, son los presos escogidos selectivamente por el gobierno. Implican opositores dentro y fuera del partido en el poder, justo quienes se opondrán a una eventual intentona reeleccionista del actual mandatario.
El partido de gobierno libra una lucha interna sin cuartel, nunca vista desde su fundación en 1973. Vergüenza sentiría el fenecido maestro con las ejecutorias de sus discípulos y quienes se despidieron del otrora poderoso Partido Revolucionario Dominicano para trazar nueva ruta. El PLD se juega la vida como agrupación política.
La parcela que le responde despeja el camino hacia la candidatura presidencial del 2020, desprestigiando a la oposición, en este caso al PRM y su plana mayor, y el grupo peledeista que responde al expresidente Leonel Fernández.
Aunque las bocinas financiadas por el estado en los medios de comunicación disfrazan la verdadera intención, la meta reeleccionista es un objetivo evidente. La tramoya mediática del gobierno sigue resaltando la figura del presidente con ingenio y disimulo.
As an expectorant: generic levitra from canada Garlic reduces increased kapha. The accomplished groups furnish order cheap viagra the better alternative which is effective, gives permanent results and is safe is to have pills followed with Jelq and Jelquing (PE exercises). But, now, patent of Sildenafil citrate has gone out and all the companies are producing purchase viagra with their own share of pros and cons and if administered without expert supervision, can cause serious trouble as far as your health is concerned. Overall this has to do a lot with lot of determination, dedication levitra no prescription go to the website and hard work.
Los recientes comentarios de Felucho Jiménez son desatinados, concebimos iluso plantear que Danilo Medina no busca maniobrar para perpetuarse en el poder. Decir o plantear lo contrario muestra desconocimiento de la dinámica política y la historia contemporánea.
Sus mentiras han florecido en el pasado, más considerando las críticas y férrea oposición proferidas a Leonel Fernández cuando éste procuró reelegirse para las elecciones del 2008. Las divisiones entre ambas figuras peledeístas surgieron públicamente, tal como resaltan los titulares y reseñas del momento.
Fueron muchos los pronunciamientos anti reeleccionistas del sanjuanero, argumento sostenido en su efecto nefasto y el supuesto inquebrantable compromiso de romper esa tradición. A Danilo le gusta el poder, abandonarlo del todo será difícil.
El amasijo que le rodea lo impulsa a pesar de que le adversan distintos sectores nacionales. La población civil genialmente se organiza en la cotidiana y redentora “Marcha Verde” por todo lo ancho del territorio. Atestiguar como las calles se pintan de verde resulta esperanzador, no todo anda perdido.
Incluso la diáspora dominicana se suma a los esfuerzos exigiendo transparencia y verticalidad en la conducción del estado. Se han organizando actividades y manifestaciones pacíficas en ciudades como Miami, Nueva York, Lawrence y Providence. ¿Por qué creerle ahora? Su credibilidad es nula, no tiene palabra y tergiversa para favorecer su glotona ambición. La ética, la moral, son virtudes que desconoce el actual inquilino del Palacio Nacional. Recurre a la mentira como buen sabueso de la política inmunda de conveniencias personales y aposento.
La imagen de Danilo Medina se desvanece y solo los farsantes que viven de las dádivas del estado creen en su malograda palabra. El poder le nubló la visión, ni con espejuelos hay remedio. Se ha encargado de dejar una mancha oscura sobre la historia de la República Dominicana.