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Opiniones

RECORDANDO LA MUERTE DE FADUL Y LA RIÑA ESTUDIANTIL EN 1968

Sebastian del Pilar Sanchez
Sebastian del Pilar Sanchez

Por Sebastián del Pilar Sánchez.-

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Dentro de seis meses se conmemora el 50 aniversario de la muerte a tiros del bachiller José María Fadul y Fadul, ocurrida durante la mañana del viernes 21 de junio de 1968 en el recinto principal de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), la cual fue un triste y doloroso episodio que sirvió de reflexión y moderación a posteriori, evitando que se repitiera lo que fue un ejemplo nefasto de intolerancia irracional que puso en peligro la existencia misma del alto centro de estudios como ente organizado en base a un ordenamiento democrático forjado por el Movimiento Renovador en 1965, para dar impulso a la libertad de cátedra y de conciencia en un contexto democrático con cogobierno, pluralidad de  ideas y el reinado de la convivencia pacífica como hábitat natural y valor esencial del desarrollo docente e institucional.
Ese viernes sangriento de junio del 68 se impuso la pasión política dentro del campus universitario, regida por la tozudez  e intransigencia ideológica de la dirigencia estudiantil; lo cual impidió una solución por la vía del diálogo a  la constante riña grupal que desde hacía largo tiempo venía dañando la buena imagen de la UASD. Se perdió de vista que el debate civilizado era el medio ideal para esquivar el acto criminal que cercenó la vida útil de un alumno del Colegio Universitario, de 27 años, natural de Santiago de los Caballeros y nacido en el seno de una buena familia de libaneses formada por los señores José María Fadul y Ana Mercedes Fadul.
Este suceso trágico, además de conmover la opinión pública, generó mucha alarma en la clase política nacional, en gran medida desconcertada por este arrebato demencial de sus dirigentes estudiantiles, que inesperadamente habían hecho de la UASD una zona de hostilidad creciente donde por varios días se había impuesto la anarquía, manchando de sangre sus calles con esta muerte y los heridos, que eran los jóvenes Oliver Daniel Méndez Guzmán, Miguel Reyes Santana, Danilo Gutiérrez Santiago, Harmodio Rafael Jiménez y Belarminio -Benito Fernández, un antiguo secretario general de la Unión de Estudiantes Revolucionarios (UER), que estaba haciendo causa común con los universitarios militantes de la Juventud Comunista.
Lo más lamentable de todo era saber que el  joven fallecido no tenía parte en ese conflicto, pues no pertenecía a ninguno de los grupos enfrentados, y ni siquiera se le podía considerar un militante político, aunque se apreciara su simpatía por la línea perredeísta, por el liderazgo de Juan Bosch y el crecimiento del Frente Universitario Socialista Democrático (FUSD), dirigido en la época por el bachiller Abraham Bautista Alcántara..
La comisión universitaria que investigó este suceso, integrada por los doctores Héctor Cabral Ortega, José Joaquín Bidó Medina y Carlos Temístocles Roa, determinó que Fadul fue alcanzado por una bala en un momento en que pretendía huir del recinto académico, evadiendo la reyerta que apenas se iniciaba; es decir, unos minutos después de que saliera del Colegio Universitario y se internara en el  jardín trasero de la Facultad de Ingeniería y Arquitectura, corriendo en dirección oeste-este hacia el campo deportivo de la UASD, buscando la calle Juan Sánchez Ramírez, y oyendo el ruido  del primer disparo en la cercanía del edificio del CU, donde el joven Leo Mercedes, dirigente del Bloque Revolucionario Universitario Cristiano (BRUC) -subido en un tanque- arengaba a sus parciales, pidiendo “¡Muerte a los traidores! ¡Muerte a los anarquistas!”, y era ripostado por otro grupo que muy cerca de él voceaba: “¡Muerte a los revisionistas!”.
Los testigos entrevistados fueron los bachilleres Rafael Estévez Rochet, Ana Medina, Carlitos Pimentel Rivera, Griselda Casado, Juan José Matos Rivera (Pachón), Leonardo Mercedes Matos, Emilio Vargas (Milo), Juan Santiago Medina Núñez, Santiago Rivera, Aquiles Christopher, Miguel Salvador Cocco Guerrero, Manuel Polanco, y el mensajero de la  Facultad de Ingeniería, Cristino Castro Acosta, quienes -algunos de ellos- vieron que Fadul no se atemorizó al escuchar el estruendo de la bala; pues apresuró su salida del lugar afanado en no verse involucrado en la confrontación grupal, llegando hasta el estadio de futbol posiblemente herido, según la versión del bachiller brucista Estévez Rochet, quien fuera la última persona en verlo con vida
Los protagonistas de esta contienda bélica eran, de un lado,  los grupos Fragua y JC; y de otro,  el BRUC, junto a un comité universitario afiliado al Partido Comunista Dominicano (PCD), que tomó el nombre del líder estudiantil cubano Julio Antonio Mella, CUJAM.
El día anterior al suceso descrito, se originó  el primer altercado de consideración en el curso de una asamblea que celebraba la Asociación de Estudiantes de Medicina en el paraninfo “Doctor Defilló” de la Facultad de Ciencias Médicas; pues de acuerdo al informe de la comisión investigadora, se produjo un gran alboroto mientras hablaba el bachiller Francisco Báez Avalo, porque se le quería arrebatar la palabra y cederle su turno al estudiante Julio Ravelo Astacio, miembro del Consejo Universitario, contrariando la voluntad de la mayoría de los asistentes.
Esa situación motivó una prolongada discusión entre Ravelo Astacio y los bachilleres Simón Bolívar Santos y Francisco Báez Avalo, y a seguidas una parte de los presentes  abandonó la actividad, yéndose hasta la terraza de dicha facultad a improvisar otra asamblea paralela, en la cual Ravelo Astacio fungiría de orador principal. Aunque en medio del movimiento, recibiría un empujón del bachiller Arístides Martínez, que transformaría el acto en una riña a sillazos, que fue observada por los bachilleres Salvador Uribe Montás, Rubén Corona, Roberto Féliz y José María Valverde Sanlley (alias Llía).
Un poco después los grupos rivales participaron en un intercambio de consignas que hizo resurgir el estallido de la violencia, pero trasladada ahora a la Facultad de Ciencias Jurídicas, donde la coalición de dirigentes fragüeros y pacoredistas expulsó hacia la calle al bachiller Luis Ernesto Brea Bolívar, fundador del BRUC, a quien golpearon y produjeron  laceraciones en sus rodillas mientras era arrastrado por la  vía llamada Enrique Lithgow Ceara, en el tramo comprendido entre la avenida Alma Máter y el antiguo Instituto de Oncología.
Esa misma tarde fue acusado de revisionista, maltratado y sacado por un brazo de la Facultad de Humanidades, el destacado profesor Alberto Malagón, en el momento en que estaba junto a la profesora Yvelisse Prats-Ramírez conversando con el joven estudiante de economía, Porfirio García Fernández, quien fue rudamente atacado por el joven pacoredista Alfredo Toussaint, quien lo dominó fácilmente aplicándole llaves y técnicas de lucha libre.
El momento de mayor peligro antes de la ocurrencia de la muerte de Fadul, se produjo luego de una pedrea intergrupal, cuando varios estudiantes del BRUC que caminaban desde la Facultad de Medicina rumbo al edificio del Alma Máter, fueron alcanzados por sus rivales de la JC y Fragua, llegando al local de la Federación de Estudiantes Dominicanos, teniendo la obligación de encerrarse en una habitación del mismo para evitar ser alcanzados por los furibundos perseguidores.
Esos brucistas eran Miguel Ramón Caraballo, Humberto Rimoli, José Nanúm y Salvador Hernández, quienes se salvaron de ser apaleados gracias a la puntual aparición del secretario general de la UASD, doctor Carlos Temístocles Roa, junto al profesor Frank Guerrero y los bachilleres  José el Chino Bujosa Mieses, Guaroa Ubiñas Renville, Francisco Báez Avalo y Arístides Martínez, quienes se colocaron en la puerta de la FED para impedir  la entrada de los airados perseguidores y proteger así a  algunos de los asediados que mostraban heridas en  sus cuerpos y que hubo que subirlos en ascensor a curarlos en el salón de reuniones del Consejo Universitario.
Aprovechando el  descuido de quienes se esforzaban en detenerlos, que se habían desplazado a otra área por donde casualmente habían visto pasar al joven abogado comunista, doctor  Antonio Isa Conde, a quien alcanzaron, embistieron y echaron violentamente del  recinto académico, enfrentando la resistencia que les hizo su amigo y compañero, el exdirigente del BRUC y estudiante de quinto año de la carrera de Derecho, bachiller Julio Samuel Sierra Gómez (Jimmy), a quien golpearon en su espalda y en la cabeza.
Se debe saber que el informe de la comisión investigadora fue remitido por el Consejo Universitario al Procurador General de la República, licenciado Carlos Rafael Goico Morales, en el curso de una reunión celebrada en su despacho, en fecha 17 de julio, donde éste manifestó que se haría una sumaria del asunto, en función de las leyes vigentes en el país y que dicha documentación sería la base de la actuación del fiscal del Distrito, doctor Rafael Ravelo Miquís, quien ya había iniciado las indagatorias oficiales, autorizando a la Policia el apresamiento de 12 personas implicadas en los sucesos de los días 20 y 21 de junio.
Entre los apresados  figuraban los hermanos Luis Enrique y Walter Augusto Taylor Oliver, además del francomacorisano Andrés Ortega Castellanos; quienes extrañamente no eran mencionados en el informe de la comisión de la UASD como participantes en los actos de violencia, ni como portadores de armas de fuego; por lo cual, cuando el rector Aybar Nicolás se enteró de su detención, procedió a pedirle al procurador general Goico Morales que dispusiera en su favor una orden de libertad.
La verdad era que el informe voluminoso de la comisión universitaria no estableció responsabilidad alguna en la muerte del joven Fadul, limitándose a describir en término general la confrontación grupal,  y  refiriendo que en las hostilidades se usaron ametralladoras, fusiles M-1, granadas, pistolas y revólveres, detonándose incluso un arma explosiva en la explanada del Alma Máter, próximo a las oficinas de la Dirección del Registro Universitario, aunque no se pudo establecer quién la había manipulado, pese a que fueron interrogados sobre ese asunto el señor Eligio Reyes Cedeño, auxiliar especial del Departamento de Suministros de la UASD y el bachiller Emilio Vargas (Milo), quienes  sólo describieron el aspecto físico de quien produjo la explosión.
Este informe de 26 páginas dejó insatisfecho a los familiares de Fadul, quienes amenazaron con demandar a las autoridades universitarias ante la justicia ordinaria por no señalar los culpables de la muerte de su pariente y de las lesiones sufridas por los siete estudiantes heridos; y por no ofrecer el menor indicio sobre quiénes tuvieron responsabilidad directa en la balacera y el derramamiento de sangre en la UASD.
Pero finalmente mostraron cierta conformidad con las diligencias realizadas sobre el terreno, ya que por lo menos se logró determinar cómo ocurrieron los hechos, aunque faltando desde luego una información precisa de las culpas individuales, establecidas con un criterio serio.
No obstante, de las conclusiones de la comisión invesitgadora, surgió la decisión del Consejo Universitario expulsando de manera definitiva como estudiantes de la UASD a varios jóvenes reincidentes que estaban excluidos de la docencia desde el sábado 27 de mayo de 1967, por estar involucrados en el desorden del izamiento de la primera bandera roja dentro del recinto docente, durante la gestión del rector Julio César Castaños Espaillat. Eran los casos de los bachilleres Salvador Uribe y Leopoldo Licairac.
Igualmente, el Consejo Universitario dispuso varias suspensiones y amonestaciones que afectaron al joven sociólogo Juan José Matos Rivera, alias Pachón, y a los bachilleres Francisco Báez Avalo, Emilio Vargas (Milo), Ramón Chahede, Santiago Rivera, Miguel Reyes Santana, Rafael Estévez Rochet, Daniel Oliver Méndez Guzmán, Leonardo Mercedes Matos, Arístides Martínez, Julio Ravelo Astacio y Rubén Corona.
Por último vale señalar que una fotografía publicada en la edición del Listín Diario de fecha 21 de junio de 1968, muestra con claridad el papel protagónico en los incidentes descritos de los  jóvenes pacoredistas Alfredo Toussaint, Leopoldo Grullón, Basilio Peláez, Leopoldo Licairac y Salvador Uribe Montás, quienes se convirtieron en relevistas de sus transitorios amigos de Fragua, al asumir como propia la rivalidad imperecedera que éstos sostenían desde 1961 con los dirigentes del BRUC por el control de la FED y de los organismos de cogobierno universitario.
Pues es bueno que se sepa que esa rivalidad entre Fragua y el BRUC venía de lejos, era la continuidad de los choques grupales iniciados en la época de vigencia de los dirigentes Asdrúbal Domínguez Guerrero, Cayetano Rodríguez del Prado, Amín Abel Hasbún, Alexis Licairac Díaz, Emma Tavárez Justo y Guaroa Ubiñas Renville, de Fragua; así como de Bernardo Augusto Defilló Martínez, José Joaquín Puello Herrera, Carlitos Pimentel Rivera, Miguel Salvador Cocco Guerrero y Leonardo Mercedes Matos, del BRUC.
Era el antagonismo crecido el 26 de enero de 1963, cuando Cayetano Rodríguez del Prado, líder de Fragua, encabezó una asamblea estudiantil que desconoció la directiva legal de la FED, surgida de un proceso eleccionario celebrado el domingo 2 de diciembre anterior, intentado despojar del cargo de la secretaría general al bachiller Defilló Martínez, para imponer una FED paralela dirigida por el bachiller Antonio Lockward Artiles, y ejecutar de esa manera el  denominado “Plan Cayetano”, con el que se quiso sacar a los trujillistas de la UASD.
Esa actitud multiplicó las viejas diferencias grupales entre brucistas y fragüeros, y dio pie para que un poco más tarde, el BRUC hiciera un tanto igual, aprovechándose de una división interna dentro de Fragua, originada por el nacimiento del Comité Universitario Julio Antonio Mella en 1967, para establecer una alianza con el PCD en 1969, postulando a  la bella estudiante de Derecho Emma Tavárez Justo como candidata para presidir la FED, obteniendo una votación superior a la de sus rivales, aunque finalmente fueron vencidos por el liderazgo emergente del bachiller Hatuey De Camps Jiménez, el candidato del FUSD y del partido blanco
Por último queremos reiterar que la FED durante este doloroso episodio de la muerte de Fadul tenía un comité ejecutivo integrado por Guaroa Ubiñas Renville, secretario general; Basilio Peláez, vicesecretario general; Rafael Mena, secretario de asuntos nacionales;  Diómedes Mercedes, de organización; José Bujosa Mieses, de bienestar estudiantil;  Ramón B. Castillo, de asuntos obreros y campesinos; Pedro Caro, de asuntos internacionales, Arístides Martínez, secretario de finanzas; Héctor Montero De Oleo, de actas y archivo, y Abraham Bautista Alcántara, secretario de Prensa y Propaganda.