Este será el primer discurso sobre el Estado de la Unión que presente Donald Trump para presentar su balance de logros y objetivos. Y, si cumple con la tradición, lo rematará con un “el Estado de la Unión es fuerte” o “el más fuerte de la historia”, si el presidente sucumbe a su gusto por lo superlativo a la hora de calificar sus acciones.
Será su segunda comparecencia ante una sesión conjunta de ambas cámaras. La primera fue a poco más de un mes de su toma de posición, en febrero de 2017, cuando ofreció un primer mensaje al pleno como presidente.
En aquel momento algunos lo consideraron como la esperada aparición del Trump ‘presidencial’, el candidato díscolo finalmente domado con la llegada a la Oficina Oval. Solo que ese cambio de tono no duraría demasiado. El republicano retomaría sus diatribas e insultos a través de su arma favorita y más poderosa: su cuenta de Twitter.
Es de esperar que en esta ocasión Trump vuelva a moderar su manera de expresarse para combinar mejor con la majestuosidad del recinto, pero que igual insista en la radicalidad de muchas de sus propuestas. Con seguridad seguirá presentándose desafiante en temas como inmigración, comercio internacional o medio ambiente, y hasta que haga un nuevo llamado a derogar la Ley de Cuidados de Salud Asequible, la gran frustración de su primer año.
Y como corresponde a todos estos informes anuales que presenta el poder ejecutivo ante el legislativo, es previsible que Trump haga un repaso a las tareas cumplidas durante ese primer año de gobierno. Dejará fuera asuntos espinosos, como el ‘Rusiagate’ (a no ser que sea para criticarlo como “la mayor caza de brujas de la historia”).
Este es un listado de las cosas que podrían estar incluidas en el mensaje presidencial, basado en lo que esbozó en aquel primer mensaje ante el pleno del Congreso y las cosas de la agenda de campaña que siguen pendientes.
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Los logros
Reforma de impuestos: Aunque el presidente suele decir, con notable imprecisión, que ha firmado más leyes que Harry Truman (1945-53), su único gran logro legislativo es la Ley de Reforma de Impuestos con la que se rebajó sustancialmente las tasas a las corporaciones y en menor medida a los ciudadanos.
La Casa Blanca también muestra con orgullo el desmontaje de regulaciones (laborales, ambientales, financieras) que dejó el presidente Barack Obama y que consideran que eran lesivas al crecimiento económico.
Corte Suprema: En la lista de logros, casi siempre va de segundo punto el nombramiento de Neil Gorsuch como magistrado del máximo tribunal de la nación. La ratificación de Gorsuch mantuvo el llamado balance ideológico de la Corte, que pudo haberse inclinado a la izquierda si Obama hubiera logrado que el Senado considerará la nominación que hizo para sustituir al fallecido campeón de los conservadores Antonin Scalia.
En donde el presidente está logrando un cambio a favor de una visión más conservadora de la ley es en las cortes de apelación, donde ha roto el récord de las últimas cuatro décadas al conseguir el nombramiento de 11 jueces de circuitos.
ISIS: Trump siempre fue un duro crítico de la estrategia del gobierno precedente contra el grupo extremista islámico ISIS. Durante su año de gobierno, los extremistas han visto perder casi la totalidad del territorio que controlaban entre Siria e Irak, por una política más agresiva
Aunque algunos expertos señalan que aparte de reducir sustancialmente el control de Casa Blanca sobre las operaciones, la derrota de ISIS se logró con la continuación de la estrategia que se venía aplicando desde los últimos años de Obama. Sin embargo, Trump lo anota en su lista de éxitos.
