La compleja convención montada por el Partido Revolucionario Moderno (PRM) y la indisciplina exhibida por algunos de sus dirigentes frente al proyecto de Ley de Partidos Políticos tiene a esta organización en el filo de la navaja.
La acción tramposa, chabacana, abusiva, antirevolucionaria, antimoderna y fraudulenta perpetrada por un sector minúsculo del Partido Revolucionario Moderno en el exterior, amenaza a esta organización con quedar herida con la posibilidad de que no pueda cicatrizar antes de las elecciones del 2020.
En su calidad de candidatos a la presidencia del Comité Internacional, tanto Ramón Ceballo como Margarito de León estuvieron interesados en que se celebrase una escogencia de las autoridades en el marco de la legalidad, auspiciada por un espíritu democrático y transparente.
Con esos fines les enviaron sendas comunicaciones para que la Comisión Nacional Organizadora de la Convención (CNO) tomara las medidas pertinentes. La CNO nada hizo.
En ese sentido, les llamaron la atención sobre las razones por las cuales fueron dejadas al margen de la participación del proceso muchas seccionales que están aptas para ello. Ante este llamado ellos ni siquiera contestaron.
Les pongo un ejemplo. Los dirigentes de Puerto Rico, Islas Vírgenes Americanas y San Martin les solicitamos a la CNO que, ya que esas seccionales habían enviado su precot, o padrón de dirigentes y además estaba bien, participaran en la selección del Comité Internacional. Esa demanda fue bloqueada por los que sabían que allí no tendrían votos o muy pocos votos. Sabían que en esas seccionales habría un barrido contra ellos.
Es muy importante saber que de más de 40 seccionales sólo participaron 16, de las cuales habían tres impugnadas. Un desastre, pues ni siquiera la mitad está participando. Eso explica por sí mismo la gestión que la dirección actual ha estado haciendo en estos años.
Un tollo que hicieron los que quieren destruir el PRM en el país y en el exterior es que impusieron la idea de que eran cinco vicepresidentes y cinco subsecretarios, los que serían electos y no dos como dicen los Estatutos del PRM y el Reglamento de la CNO. Eso desnaturaliza totalmente la Convención y además cambia la representatividad en el partido.
Todo eso fue advertido y se le observó a la CNO, pero esta no atendía nada. Su complicidad siempre quedó evidenciada.
Igualmente, todos los candidatos le reclamamos a la CNO un padroncillo de recurrentes, a fin de saber con precisión quiénes están facultados para participar como delegados.
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Ellos nunca nos respondieron. Al contrario, uno de los candidatos, de manera inusual, sin autorización y violentando todas las normas que nos rigen, envió listados a varios compañeros. Para asombro de algunos, ellos no sabían que formaban parte de ese supuesto organismo.
En diversas ocasiones les solicitamos a la CNO crear una Comisión Ad hoc, con calidad en el exterior, para que le diera seguimiento a los eventos y situaciones que se suscitan en una Convención como la que estamos celebrando. Ellos hicieron oídos sordos a nuestra demanda.
En todos estos meses hemos estado guiados por la constitución que nos rige, por las leyes de la República Dominicana, por la leyes electorales que rigen el sistema de partidos, por los estatutos de nuestro partido y por el Reglamento evacuado por los miembros de la CNO, estuvimos esperando hasta el final que tomaran la decisión que todos lo sensatos podrían esperar. Pero nada hicieron.
Dado que no teníamos ni siquiera las boletas para la celebración de esta convención, solicitamos su posposición. Pero en una reunión donde se tomaría esta decisión algunos miembros no asistieron para no hacer el quorum. Lo grave de esto es que ni el presidente de la CNO asistió.
Le hemos estado solicitando a la CNO que consensúe una fecha apropiada y factible para celebrar en condiciones adecuadas la convención, pero la respuesta ofrecida por la CNO es un silencio sepulcral.
¿Podríamos imaginarnos que alguien quedara como presidente del Comité Internacional con el apoyo de a penas un 40% de los delegados del PRM? Sería un presidente inorgánico y pocos lo respetarían.
Por consiguiente, para despejar las dudas que han quedado, por el futuro de nuestro país y por la sanidad de nuestro partido, pedimos que no haya otra salida que no sea la de celebrar la convención que nunca se celebró.
Lo que ha ocurrido en el PRM nos desafía a “desgarrapatizarlo” o simplemente lo perderemos como referencia.
“El autor es escritor y ex-candidato presidencial dominicano
