SANTO DOMINGO. A pocos días de morir, el líder del más grande partido opositor, José Francisco Peña Gómez, confió la última de sus batallas a uno que se convirtió en un amigo, más que un compañero de partido.
Johnny Ventura cuenta con nostalgia cómo compartió junto al líder de masas en la vida y la política.
¿Cuáles momentos difíciles vivió con Peña Gómez?
A mí me tocó prácticamente todo porque en ocasiones fui de los que abrió mi casa para quitarlo de la vista al momento de que peligraba su vida y poner la intimidad de mi hogar a su disposición.
También viví sus glorias, sus ascensos como ser humano, conocer a sus grandes amigos internacionales, justamente por ese paso gigante que fue dando en su vida.
¿Cómo fue ese momento cuando lo eligió como su compañero de boleta?
Fue traumático porque antes de que eso se diera, en 1998 cambiaba el sistema de elección y entonces las elecciones congresionales y municipales iban separadas de las presidenciales.
Peña entendía que para ganar se necesitaba una persona popular de su cercanía y estuvo de manera directa señalándome, yo no quería por la inmensa cantidad de actividades que tenía artísticamente hablando, pero al fin y al cabo después de la convención donde hubo un tranque llegó el mes de enero y él entendía que esa situación no se podía sostener.
Me invitó a una reunión urgente el 11 de enero de 1998 a su casa en Cambita y junto al doctor Hugo Tolentino Dipp nos fuimos los tres a Cambita adentro a una finca y estuvimos desde las 8 de la mañana hasta la una y media, yo diciéndole que no.
Ya en el último momento, cuando yo no quería hacerme responsable de encabezar la boleta con alguien de segundo, entonces él dijo “me voy a proponer yo y te pido de favor que me acompañes como mi vicesíndico, necesito a una persona de mucha confianza por mi estado de salud”, entonces dije bueno eso ya es un poco menos de responsabilidad.
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¿Cómo define al político y al ser humano?
Como político un gigante, excelente estratega, una persona muy visionaria que siempre estaba adelantado a los acontecimientos, vivía analizando no solamente la parte mediática sino las consecuencias de la parte mediática, por eso siempre él decía que veía más allá de la curva, y ciertamente era así.
Como ser humano, un ser humano de mucha entrega, de mucha solidaridad, sincero, honesto, poco ingenuo si se quiere, porque algunas veces esa ingenuidad lo llevó creer en personas que no eran confiables, pero a mi juicio uno de los más grandes políticos que hemos tenido.
Tenía una gran identidad con las masas. Era de carácter fuerte, creía y defendía sus ideas.
Estudioso por demás, Peña Gómez siempre estaba atado a un libro, un ser de dimensiones inalcanzables.
¿Fue el destino o el país perdió?
Yo pienso que el país se perdió el lujo de tenerlo como presidente de la República.
El pensamiento de Peña Gómez está escrito, es uno de los políticos que más tú puedes determinar qué era lo que quería para la República Dominicana.
Lo escribía todo, no dejaba sus ideas en enunciado, y para cada cosa escribía cómo se iban a lograr las cosas. Por eso pienso que perdimos a un gran lujo porque no fue un líder de cartas debajo de las mangas. Lo escribía y lo exponía todo.
Justamente por eso y por las pocas posibilidades que tenían sus contrincantes de lograr lo que él se proponía, para cuyos fines contaba con grandes apoyos internacionales, se hizo tanto hincapié en impedir que llegara.
