Por Rafael Henríquez.
La reunión familiar de ese fin de semana tenía como principal objetivo ir a ver la película de Jack Veneno, pero el plan se ve casi frustrado. Mi padre estaba dudoso de ir, con voz decepcionada señaló: – “¡Otra película dominicana!” Y eso no fue lo peor de todo, cuando se le preguntó a la Doña, solo atinó a decir: “A mí nunca me gustó esa vaina de ir a ver unos pájaros en pantaloncillos y sudados, abrazándose y dándose estrellones.” Era la primera vez que escuchaba a un dominicano hablando así del “Campeón de la bolita del mundo” y su Lucha Libre Internacional.
Apelé al sentimentalismo arraigado del Don por la lucha y por quien para él, así como para miles de quisqueyanos, era el primer y único superhéroe parido por República Dominicana, y pude convencerlo de ir, pero con Mami no hubo forma. ¡Ah! Cabe mencionar que mi hijo fue bajo la idea de que veríamos el estreno de “Venom”, la película del antihéroe y villano del “Hombre Araña”.
Nos topamos con una envolvente historia, capaz de transportar a cada dominicano a sus días mozos en la barriada, en el campo, en la enramada, en fin, de transportarnos a nuestras raíces. Es un relato de orígenes, nacimientos y transformaciones, de cómo las circunstancias te forjan o te deshacen, te crean o te destruyen. Es de cómo puedes hacer de tu fin un increíble comienzo.
Este celuloide es una evidencia de que no necesitas sumergirte en el Jordán o la santificación del agua bendita sobre tu cabeza para ser bautizado, renovado y para que el espíritu se revelde, que basta con bucear en la simple portada de un libro aislado para emerger como un titán.
Aterricemos en los aspectos técnicos.
La primera entrega de la saga que gira en torno a Rafael Sánchez, conocido como Jack Veneno, está dirigida por el cineasta dominicano Tabará Blanchard, quien escribiera y dirigiera el documental “La Montaña”, que recrea la primera expedición dominicana al Everest en Nepal.
Titulada, “Veneno. Primera Caída. El Relámpago de Jack”, pretende ser el inicio de una trilogía que ya anunció su “Segunda Caída, El Pueblo Quiere Lucha”, para el 2020.
Bien contada, con elementos narrativos bastante detallados, diálogos simples pero atinados y claros; hacen hincapié en los acentos y expresiones criollas más características. Válidos los aplausos para los creadores de este guion, escrito por el mismo Blanchard y se le suman Riccardo Bardellino, Miguel Yarull y Marien Zagarella.
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Riccardo Bardellino (Colao, 2017) también funge como productor ejecutivo, haciéndose acompañar en esta tarea de Fernando Rivas (De Pez en Cuando, 2014) y Freddy Vargas (Hispaniola, 2007).
Valerie Daniella y Hernández Oloffson se encargaron del casting, y que clase de reclutamiento. Encabezados por Manny Pérez (La Soga, 2009) como Jack Veneno, Richard Douglas (Nueva Yol, 1995) en el papel del Vampiro Cao y la experimentada actriz de las tablas, Yamilé Scheker (Del Color de la Noche, 2015) interpretando a la madre de Jack, Doña Tatica. Este elenco lo complementan Pepe Sierra (Dinero Fácil, 2015) quien encarna al archirrival de Veneno, Relámpago Hernández; y no menos importante, Ovandy Camilo, más figura de la televisión que del cine, aseveración que cambiará después de esta extraordinaria caracterización del narrador y anunciador Silvio Paulino.
Es como si Manny Pérez nació para encarnar este personaje, el parecido físico es tremendo, una voz muy bien trabajada, logrando confundirnos en más de una ocasión. El cuerpo del actor dominicano, que descolló su carrera en el cine y la televisión estadounidense, cambió por completo, es notable su transformación física para este papel, se ve que duró muchas horas “comiéndose los hierros”. El propio actor cuenta cómo dedicó cinco años preparándose para la caracterización, lo que demuestra su compromiso y profesionalismo, características que salen a flote en la pantalla, haciendo lujo de su experiencia en el cine.
La Gallina.
La manera en que abordaron el tema “Relámpago Hernández” fue magistral, Pepe Sierra nos regaló una interpretación sin desperdicios, fuerza en el personaje, lenguaje corporal, entonación en las expresiones; no pudo encontrarse mejor contra parte para el legendario luchador dominicano. No hay Jack Veneno sin “La Gallina”, es una especie de rivalidad simbiótica, como aquella protagonizada por Batman y El Guasón, uno no tendría sentido sin el otro. En esta película nos muestran las causas que originaron esta lucha campal e imperecedera.
“¡Oigan la ambulanciaǃ”
Mi padre, tras ver el film categóricamente afirmó: “La lucha libre en República Dominicana se escribe antes y después de Silvio Paulino”, su comentario es certero y demostrable, con su voz fresca y frases épicas, que se eternizaron en la memoria de los fanáticos, el narrador y anunciador oficial de “La Lucha Libre Internacional” elevó el producto causando, con su voz, el impacto social y mercadológico necesario para conseguir el impulso definitivo. Ovandy Camilo, sin temor a equivocarme, logró el mismo tono en su voz y la misma picardía en las frases, que le dieron al comunicador dominicano un protagonismo genuino, sin haber vestido trusa o esconder su identidad tras una máscara para dar “saltos mortales” dentro del cuadrilátero.
No estamos ante una producción cinematográfica cualquiera, es una de esas proyecciones en la pantalla gigante que toman ribetes históricos para ser considerada como “película de culto”, porque la verdadera cultura dominicana se verá manifestada en esta saga. Desde “Nueva Yol. Por fin llegó Balbuena” no me había topado con una realización que refleje en el celuloide la realidad sociocultural del dominicano de a pie (mención especial para “Perico Ripiao” como película con esas características).
Para los creadores de esta obra de arte, mil gracias.
Para los que leen esta opinión personal convertida en crítica de cine, no se la pierdan o lo lamentarán.
