Este domingo debía ser un gran día para los casi 800 estudiantes de último año de la secundaria Marjory Stoneman Douglas de Parkland, pero cuatro de ellos murieron en un tiroteo en su escuela. Los padres de Joaquín Oliver, una de las víctimas, recogieron el diploma de graduación de su hijo.
PARKLAND, Florida. – Patricia Oliver llevaba los cuatro años de la secundaria de su hijo pensando en el momento de la graduación. Pero este domingo, esta inmigrante venezolana tuvo que subir sola al escenario del BB&T Center de Sunrise, en el sur de Florida, en representación de Joaquín Oliver, una de las víctimas del tiroteo de Parkland del día de San Valentín que dejó 17 muertos.
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Al son de “Guac, Guac, Guac”, el apodo con el que sus amigos llamaban a Joaquín, su padre Manuel Oliver, alentaba a los estudiantes a levantarse y gritar el nombre de su hijo mientras Patricia caminaba por el escenario para recoger el diploma con una camiseta amarilla con el lema: “Este debería haber sido mi hijo”.
Una vez que tuvo entre sus manos el cuadro con el diploma, la mujer se paró en el escenario y lo elevó como si fuera un trofeo en el momento más emotivo de la ceremonia, el dedicado a los cuatro estudiantes de Marjory Stoneman Douglas de Parkland que fallecieron en el tiroteo.
Así, el que debía ser un gran día para los casi 800 estudiantes de último año de la secundaria se convirtió también en un homenaje a Joaquín Oliver, Nicholas Dworet, Meadow Pollack y Carmen Schentrup, que no pudieron recoger su título porque las balas del atacante acabaron con sus vidas.
Para los padres de Oliver, la ceremonia fue un momento para rendir homenaje a su hijo y para que su historia se convierta en su voz contra la violencia de armas, dos ideas que han estado presentes en sus vidas desde que el pasado 14 de febrero se enteraron que su hijo estaba entre las víctimas del tiroteo.
“Había que representar a Joaquín y sobre todo había que levantar la voz y aprovechamos la ocasión para hacer eso en lugar de mantener el luto, preferimos levantar la reacción de la gente”, le dijo Manuel Oliver a Univision Noticias tras la ceremonia. “La idea es que nadie tenga que pasar por esta situación. No es justo. Tenemos que mandar este mensaje así nos duela. El país tiene que tener claro que nadie está a salvo de convertirse en una víctima de la violencia de armas”.
Por su parte, su esposa Patricia recordó cómo llevaba toda la secundaria pensando en cómo celebraría la graduación con su hijo. “El momento de hoy fue muy importante porque siempre estuvimos hablando y planificando durante los cuatro años de highschool cómo iba a ser”, afirmó. Y dijo que ella quería estar presente para dar las gracias a todos los profesores y las personas que apoyaron a su hijo.