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Opiniones

Apuntes sobre la Guerra Civil

Raúl Mejía Santos
Por Raúl Mejía Santos

Historiadores precisan que la Guerra Civil norteamericana fue el desenlace de diversos acontecimientos que marcan el transcurso histórico de Estados Unidos. Desde la fundación de la república con las batallas de Lexington y Concord en 1775, el álgido tema de la esclavitud era uno que preocupaba y apasionaba a muchos en las colonias inglesas, dividiendo la aristocracia política nacional.

Retomando el siglo XVII, el sistema esclavista norteamericano fue normal, bueno y valido desde los tiempos de la colonia. Registros precisan el primer puñado de esclavos provenientes del occidente africano, a bordo de barcos ingleses, llegaron al poblado de Virginia en 1619 poco tiempo después de haberse fundado el primer asentamiento inglés, Jamestown. Cumplian un mandato de sus amos tabacaleros.

La trata humana fue cruda, convirtiéndose en industria legítima y próspera como ninguna en los tiempos coloniales. La violencia desgarradora que vivían los esclavos africanos y sus descendientes fue un drama humano con serias consecuencias sociales, evidenciadas aún por tensiones raciales que vive Estados Unidos.

La causa abolicionista tuvo raíces en círculos cristianos cuáqueros y metodistas que emigraron mayormente a Pensilvania, Nueva York y Massachussets. Allí fue donde se organizaron los primeros grupos dando paso más adelante a la Sociedad Abolicionista Americana, con el acaudalado publicista y editor William Lloyd Garrison a la cabeza.

Bajo el manto moral de sus argumentos, el elocuente repudio a la trata humana en todas sus vertientes fue estandarte más adelante para impulsar un movimiento libertador en el escenario político. El partido Tierra Libre y luego el Republicano fueron los primeros en organizarse.

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Para diciembre de 1860, conociéndose el resultado de la elecciones presidenciales, Carolina del Sur se convirtió en el primer estado en separarse de la federación estadounidense, promoviendo apartarse como acto de repudio al presidente-electo y su discurso adverso a la esclavitud. Fueron esos grandes intereses económicos, mayormente agrícolas, quienes financiaron ese entramado de traición.

Cabe puntualizar que Lincoln era un hombre pragmático, aludía a la abolición de la esclavitud en todo el territorio nacional por argumentos cónsonos con la realidad innegable de la época. La tendencia era modernizar todo, fomentar la industrial nacional para las exigencias del mercado local y extranjero era la vía hacia la prosperidad. Abandonar la dependencia en el modelo económico agrícola era vital para el nuevo presidente.

Esa visión condenaba a la aristocracia sureña y a los terratenientes tradicionales que formaban los círculos de poder en esa región del país. Acogieron con beneplácito fundar una república paralela cimentada en el rotundo y soberano respaldo al sistema esclavista regional.

Una avalancha separatista arropó el sur, entre ellos figuraban Florida, Alabama, Georgia y eventualmente se les unió Virginia. En total once estados refrendaron Actas de Secesión, convirtiéndose en traidores husmeando guerra.

Para legitimar su deslealtad a la patria concretando su propia constitución, confeccionaron una bandera nacional, instalaron al Senador de Mississippi Jefferson Davis como presidente y escogieron la ciudad de Richmond, Virginia, como su capital. La batalla de la Fortaleza Sumter en la bahía de Charleston, Carolina del Sur, le dió apertura a cuatro años consecutivos de guerra entre la Unión y los Estados Confederados.