Un nuevo y explosivo informe del diario The New York Times inflama aún más la trama rusa que involucra al presidente Donald Trump y dice que semanas antes de llegar a la Casa Blanca, el ahora presidente fue informado de que el mandatario ruso Vladimir Putin estuvo detrás de la interferencia en las elecciones de 2016.
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Puntualmente, el 6 de enero de 2017, 14 días antes de la toma de posesión, en una reunión en la Torre Trump de Nueva York, el entonces presidente electo ” recibió información altamente confidencial que indicaba que el presidente de Rusia Vladimir Putin había ordenado personalmente ciberataques complejos para influir en las elecciones estadounidenses de 2016″.
Y no solo le fue comunicada esta información, sino que le fue enseñada evidencia física, como “textos y correos electrónicos de oficiales militares rusos” y otra información obtenida de una fuente secreta cercana a Putin, quien, según el diario “describió a la CIA cómo el Kremlin decidió ejecutar su campaña de pirateo y desinformación”.
Que EEUU supiera directamente por fuentes cercanas al presidente ruso cómo se trazaron planes para la injerencia en las elecciones, era información altamente confidencial, y le fue informado a Trump en esa reunión.
Le fueron mostrados a Trump correos robados al Comité Nacional Demócrata “que habían sido vistos en las redes de inteligencia militar rusas por los servicios de inteligencia británicos, holandeses y estadounidenses”.
A esa reunión, asistieron el entonces director de la CIA, John Brennan, el director nacional de inteligencia, James Clapper, y el director de la Agencia de Seguridad Nacional, el almirante Michael Rogers. Los dos primeros dejaron sus cargos el 20 de enero con la llegada del nuevo gobierno, mientras que Rogers se mantuvo hasta mayo.
También estaba el director del FBI, James Comey , quien luego habló en privado con Trump para informarle sobre el dossier de Christopher Steele, el espía británico que elaboró un informe con información comprometedora no corroborada sobre Trump y su campaña, que es desdeñada por los republicanos más afines a la Casa Blanca.
El informe detalla que, según varias personas que asistieron a la reunión en la Torre Trump, el republicano sonó convencido “a regañadientes”.
Ese 6 de enero de 2017, informó el diario neoyorquino, Trump emitió una declaración en la que prefirió no hacer incapié en la responsabilidad de Moscú y dijo que “Rusia, China y otros países” estaban lanzando ciberataques contra el gobierno, empresas y organizaciones políticas estadounidenses, incluido el Comité Nacional Demócrata.
A pesar de tener este conocimiento de primera mano, Trump ha puesto en duda en numerosas oportunidades esta información que toda la comunidad de inteligencia estadounidense respalda desde hace años.
Esta semana, sin ir más lejos, Trump cambió su narrativa sobre el caso de la injerencia rusa en al menos cuatro oportunidades, en las que se desdijo él mismo y la Casa Blanca debió salir a aclarar que se trató de “malentendidos”.
Necesidad de corrección
El lunes pasado, en Helsinki, Finlandia, Trump estaba de pie frente a Putin y dijo que no tenía motivos para creer que Rusia había estado detrás de la interferencia en 2016. Pero menos de 24 horas después dijo que fue un error y se retractó diciendo que respaldaba a la comunidad de inteligencia de EEUU.