La política migratoria de ‘tolerancia cero’ en la frontera también impacta a los extranjeros que tienen visa para entrar a Estados Unidos. Una simple duda, una respuesta mal dada o la sospecha de que un turista viene por un motivo diferente o pretende trabajar sin autorización, es suficiente para que le cancelen la visa y deba esperar cinco años para volver a solicitar una.
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A diferencia de gobiernos anteriores, donde la discrecionalidad de los funcionarios de inmigración era menos rigurosa que ahora, bajo este gobierno los controles “son más importantes” y determinantes al momento de permitir o rechazar un ingreso al país, previene Rebeca Sánchez-Roig, una abogada de inmigración que ejerce en Miami, Florida, y que durante 15 años fungió como fiscal de inmigración para el Departamento de Justicia.
“Ellos (los agentes de la Oficina de Aduanas y Control de Fronteras -CBP-) tienen la directiva de averiguar, revisar carteras y celulares para ver si están usando las visas de turismo para otros propósitos. Si los descubren o tienen sospecha, proceden a cancelar la visa y regresan al extranjero”, dice Alex Gálvez, un abogado de inmigración que ejerce en Los Angeles, California.
El caso de “Ana”
Ana no se llama Ana. Pidió mantener su nombre en el anonimato por temor a no poder entrar nunca más a Estados Unidos. Cuenta que hace una semana viajó desde Colombia al aeropuerto de Newark, en Nueva Jersey. “Los agentes de inmigración me detuvieron porque en mi viaje pasado (con una visa tipo B1/B2) mi permanencia fue más o menos de 5 meses y medio. Durante ese tiempo yo estudié inglés en un instituto y durante mi tiempo libre trabajé en un restaurante”.
Añade que “debido a esta razón, ellos tomaron la decisión de cancelarme la visa, deportarme y me dijeron que debía esperar 5 años para volver a pedir una visa”.
“Bajo este gobierno las revisiones en los puertos de entrada son más rigurosas”, advierte Gálvez. “Mire, si el agente del CBP estima que, si una persona con visa de turista viene para quedarse, casarse o trabajar en Estados Unidos, se la cancela en el acto. No lo deja entrar”, añade.
“Y tenga en cuenta que revisarán su historial migratorio. Es decir, si una persona viene muchas veces y se queda mucho tiempo, cinco o seis meses, luego regresa una semana a su país y nuevamente entra por otros cinco o seis meses, el gobierno considerará que eso ya no es turismo y le van a cancelar la visa”, apunta. “Se están viendo más casos con este gobierno”.
El caso de “Humberto”
En el último año se redujo drásticamente el número de vuelos directos entre Caracas y Estados Unidos, situación que llevó a muchos venezolanos utilizar Aruba como ruta para llegar a Florida.
“Yo usé esa ruta porque no conseguía vuelo”, cuenta Humberto, quien tenía una visa de turista tipo B1/B2 válida para ingresar al país. “Cuando llegué a Aruba, ahí estaban los agentes del CBP. Ellos hacen la inspección en la isla antes de que las personas viajen a Miami”, agrega.
Humberto cuyo nombre es otro, pero pidió mantener su identidad bajo reserva, añadió que “cuando me pararon también lo hicieron con otras 14 personas. Me hicieron varias preguntas y pienso que vieron algo y por eso me cancelaron la visa. En el grupo que sacaron también había ancianos”, cuenta.
Al igual que Ana, una vez le cancelaron la visa (con un sello estampado en el pasaporte) le dijeron que debía esperar 5 años para volver a gestionar un nuevo permiso en el Consulado de Estados Unidos en Caracas.
“Hay indicios de que en el último año y medio aumentaron los escrutinios de las personas que entran con visa a Estados Unidos”, dice Ezequiel Hernández, un abogado de inmigración que ejerce en Phoenix, Arizona y colabora frecuentemente con la redacción de Univision Noticias.
“Si el agente del CBP tiene la sospecha que el viajero ha estado mal usando para otros fines su visa de turismo y tal vez pueda confirmar o encuentre que ha trabajado o vive en Estados Unidos”, es muy probable que en ese momento le cancele la visa”, agrega.