La Administración de Barack Obama asegura que se encuentra en las “fases finales” del borrador de un nuevo plan para cerrar la controvertida prisión de Guantánamo, una promesa del presidente desde que llegó al poder. El portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, dijo este miércoles que se está ultimando esa hoja de ruta a preguntas por una información publicada en el diario The New York Times que apunta a un retroceso en el intento de clausurar el penal en una base militar al sureste de Cuba. En estos seis años, el número de reclusos en el penal de Guantánamo -creado tras los atentados del 11-S en 2001 para sospechosos de terrorismo- se ha ido reduciendo, pero el proceso de cierre ha topado con el bloqueo del Congreso a trasladar reclusos a EE UU.
Susan Rice, la asesora de seguridad nacional de Obama, convocó una reunión la semana pasada para analizar cómo conseguir que la promesa del presidente -que debía cumplirse en 2010- vea la luz antes de acabar su mandato, dentro de 18 meses.
Según el rotativo de Nueva York, en esta reunión se comunicó al secretario de Defensa, Ash Carter, que tendría 30 días para decidir si aprueba el traslado de presos a otros países, en un intento de acelerar el cierre de la cárcel. Pero la cita acabó sin concreciones.
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Earnest no confirmó este plazo ni esta medida, pero sí recalcó en su rueda de prensa diaria: “Hay algo en lo que nuestros responsables de seguridad nacional han estado trabajando por un tiempo, principalmente porque es un tema prioritario para el presidente”.
“La Administración está en las fases finales de esbozar un plan para cerrar de forma segura y responsable la prisión en la bahía de Guantánamo y presentarlo en el Congreso”, agregó. El portavoz dijo confiar en poder esquivar el rechazo de algunos legisladores.
El cierre de Guantánamo, insistió, es un interés de seguridad nacional y sus operaciones no suponen un uso efectivo de los recursos gubernamentales. El envío de prisioneros a sus países de origen o a terceros países debe continuar, por tanto.