El Gobierno federal de Estados Unidos cerró el año fiscal 2018 con un déficit de 779,000 millones de dólares. Los motivos: los recortes de impuestos golpearon los ingresos y tuvo que pagar más para cumplir con una deuda que aumenta, según datos publicados este lunes por el Departamento del Tesoro.
El déficit para el año fiscal, o los 12 meses hasta septiembre, fue el mayor desde el 2012.
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El dato también mostró un superávit presupuestario en septiembre de 119,000 millones de dólares, que fue mayor al esperado y un récord para el mes. Un funcionario de alto rango del Tesoro, citado por Reuters, aseguró que el superávit mensual era menor al ser ajustado por efecto calendario.
El déficit en los 12 meses a septiembre fue de 113,000 millones de dólares, o un 17% más que en el mismo período anterior. Ajustado por efecto calendario, la brecha fue incluso mayor, según el funcionario.
Mucho de la ampliación del déficit vino de más gastos para el pago de intereses de la deuda. Las obligaciones han crecido en el último año, en parte para compensar un menor incremento de los ingresos tributarios debido a los recortes de impuestos.
También aumentaron los costos de la deuda porque la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed, por sus siglas en inglés) ha estado subiendo gradualmente las tasas de interés desde 2015 en un intento por mantener la inflación bajo control.
“Las cifras del presupuesto dejan muy claro que el crecimiento más rápido no está impidiendo que el déficit aumente“, refirió Marc Goldwein, director principal de políticas del Comité para un Presupuesto Federal Responsable, un grupo que aboga por la reducción de los déficits.
