Dr. Juan Martinez Luque
Hoy, observaba el mapa de América Latina, y una enorme nostalgia me hizo recordar que la democracia en este espacio del atlas es solo una fantasía envuelta en poderes abusivos y enriquecimientos indebidos.
Hoy, comprendí que las avaricias de los partidos políticos van más allá que las esperanzas de todo un pueblo. La estrategia de poderes corruptos elimina expectativas de una sociedad que merece respeto porque dañaron la ilusión de sus votantes.
Esos líderes políticos con atuendos presidenciales amenazan y deterioran la democracia surgida en las entrañas del país, donde el peligro intramuros se convierte en inseguridad ciudadana porque el poder adquiere todas sus formas de corrupción con discursos falsos y praxis traicioneras, proyectando una imagen que se refleja en cada estrato de la sociedad, creando la descomposición y la delincuencia porque todos quieren imitar a los funcionarios que tan fácilmente alcanzaron el nivel social más alto de la nación.
Hoy, la inquietud es estos países es la delincuencia e inseguridad ciudadana. Un 70%, según encuestas de la población a pie, aquellos que sufren diariamente la injusticia de poderes infectos, reclaman más ecuanimidad social, más repartición de la riqueza y esperan con ansiedad el encarcelamiento a los presidentes y funcionarios que se nutren del sudor de sus gentes.
Hoy, deambulamos con nuestra mirada el mapa y una lamentable posición confirma las penurias del pueblo, incrementándose a medida que rondamos por los parajes rurales, lejos de las urbes.
Este ejemplo debería ser suficiente para que nuestra critica elaborara un “insumo social” de desacuerdos con el único fin de acabar con esta perversa estirpe de dirigentes cleptómanos y farsantes.
Por eso, esas viejas asimetrías de un poder abusivo están latentes en la concentración del mapa de América Latina. Muchos países implicados: Argentina, Brasil. Venezuela, Perú, Ecuador y, evidentemente Republica Dominicana, sin olvidar Honduras, Nicaragua…
Todas estas naciones prorrumpen discursos sociales a través de sus presidentes, que bien merecen juicios por corrupción y condenas ejemplares como escarmiento de su ilegal potestad y substracción de una gran parte de la riqueza del país. Todas esas manipulaciones están contenidas en diversos artículos económicos que muestran el desastre de los países mencionados.
Frank La Rue, redactor especial de la ONU, en uno de sus artículos intenta expresar ese despotismo permanente. Así podemos leer: “El problema nuevamente, es que las noticias se vuelven una perfecta excusa para silenciar o apagar cualquier voz disidente o alternativa”. Aquí tenemos un ejemplo del poder corrupto que a través de soportes económicos compran todos los medios disponibles para continuar en la senda del enriquecimiento y hurto de los caudales del país.
Esto es lo que sucede en países donde no existe disfunción entre los poderes y se confunden en uno solo, tanto el legislativo, como el ejecutivo o judicial. Cada funcionario se apropia de la parte del pastel que se le otorga, y al final, no queda nada para el pueblo.
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Otro ejemplo de la constatación de esta tiranía abusiva la encontramos en el artículo de Holman Rodríguez: “Los casos de corrupción a alto nivel que se han desvelado en América Latina en los últimos meses no solamente tienen efectos políticos por el descrédito de las instituciones, sino porque afectan la inversión en los países, y además promueven una mayor desigualdad del ingreso de los ciudadanos”
Debemos pues tomar conciencia de tantas injusticias que al final solo benefician aquellos que están en la cúspide del poder, dejando huérfanos de recursos a todos los demás. Debemos igualmente plagiar de otros países donde esas rapiñas del poder están condenadas o en proceso de condena.
Hoy, leo de nuevo el libro “Rebelión en la Granja”, de George Orwell y con un perfecto paralelismo, aterrizamos en Nicaragua, donde la tiranía en el poder del presidente Daniel Ortega y su esposa, Rosario Murillo, a través de instrumentos de persuasión y pánico, copian lo que ellos denunciaron y que nunca cumplieron; “Acabaremos con el terror de Anastasio Somoza”. Palabras pronunciadas por el actual dictador que le ayudaron a tomar el poder en sus años de falsas promesas, engañando al pueblo.
Todo eso rodeado de gentes valientes, jóvenes con casta y decididos. Muchos de ellos hoy en prisión: Ya van más de 300 muertos desde el inicio de las manifestaciones. (en la cárcel, más de 500, presos políticos y heridos, más de 4.000)
Triste historia de una paradoja aludiendo como siempre a la eterna conciencia de la inocencia ciudadana.
Hoy, me tiño de esperanza porque algún día el mapa de América Latina, estará recubierto de justicia y el honor de sus dirigentes será la envidia de un mapamundi desconocido.
Hoy por fin, me despierto con la ilusión de un noble anhelo. ¡Todo para el pueblo!
Aunque parezca una quimera lejana, debemos alzarnos contra tanta injusticia y pedir a nuestro votantes reflexión sobre el futuro de nuestras gentes.
