Un perdón presidencial para Paul Manafort, el exjefe de campaña de Donald Trump no está fuera de las posibilidades, de acuerdo con lo que dijo el presidente en una entrevista con el diario The New York Post este miércoles.
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“Nunca lo he discutido (con Manafort), pero no lo descartaría. ¿Por qué lo haría?”, dijo Trump en la Oficina Oval al referirse a a la posibilidad de que Manafort sea eventualmente beneficiado por un perdón presidencial.
La medida moderaría o eliminaría la pena de prisión que eventualmente le será impuesta a Manafort por varios delitos de evasión fiscal y obstruir una investigación federal de los que fue hallado culpable por una corte en abril, más dos que confesó haber cometido, tras ser acusado por la fiscalía especial que investiga la supuesta colusión entre la campaña republicana y agentes de Rusia en 2016.
Las declaraciones de Trump coronan una semana en la que el presidente ha arremetido como nunca contra el fiscal especial Robert Mueller, a quien acusa de llevar a cabo una “cacería de brujas” en contra de él y sus asociados políticos.
“Te digo esto: esto es macartismo. Estamos en la era de McCarthy. Esto no es mejor que McCarthy. Y eso es una mala situación para el país”, dijo el presidente tranzando un paralelo entre el llamado ‘Rusiagate’ y la implacable persecución de sospechosos de comunismo que encabezó el senador republicano Joseph McCarthy a principios de los años 50. La cruzada de McCarthy acabó con la carrera de decenas de personas, pese a que sus acusaciones fueron la mayoría de las veces infundadas.
Trump asegura que Mueller ha maltratado a Manafort, pese a que fue hallado culpable de ocho delitos por un tribunal y él mismo reconoció su culpabilidad en dos.
La fiscalía había llegado a un acuerdo para reducir la sentencia, pero esta semana se informó que Manafort había seguido mintiendo al FBI pese al plan de colaboración y dejó en manos del juez del caso la imposición de la pena, que podría dejar al exestratega republicano en la cárcel por el resto de su vida.
Diatriba contra Mueller
Trump ha asegurado en su cuenta de Twitter esta semana que la fiscalía especial está “diciéndole a los testigos que mientan sobre los hechos y que obtendrán beneficios”, algo que eventualmente podría usarse para justificar un perdón presidencial a Manafort y alguno de los otros que han sido acusados por delitos no relacionados con la campaña del 2016 a lo largo del proceso de investigación.
Lo que parece haber disparado la ira presidencial son los reportes de que la fiscalía especial está centrándose en conocer qué grado de vinculación tenían personas ligadas a la campaña, como Roger Stone, uno de los primeros promotores políticos de Trump, y su aliado Jerome Corsi, un comentarista conservador, con Julian Assange y Wikileaks, cuando la organización filtró los mails del Partido Demócrata obtenidos por hackers rusos.