Por Polón Vásquez
FILADELFIA, PA—Cientos de dominicanos y latinos, devotos de la Virgen de la Altagracia, participaron ayer domingo en la misa que en honor a la Patrona del pueblo dominicano, celebró la iglesia Visitación ubicada al norte de la ciudad.
El padre John Olenick, cura párroco de la Iglesia Visitación de la calle “B” esquina avenida Lehigh, ofreció la santa misa que fue escuchada atentamente por cientos de criollos y de otras nacionalidades.
Todos los años, el 21 de enero, es la fecha especial de la celebración del día de Nuestra Señora de la Altagracia que sido considerada “Madre Protectora de la República Dominicana”.
Luego de concluir la santa misa, los quisqueyanos y sus líderes comunitarios, pasaron a la fiesta y brindis de comidas típicas dominicanas, que se efectuó en el centro comunal Antonio Bevilacqua de la avenida Kensington.
Por el liderazgo dominicano en Filadelfia, asistió el Representante Estatal Danilo Burgos, el vicecónsul José Joaquín Mota y los miembros del INDEX de Pennsylvania Pablo González y Nellie Almanzar, quienes aportaron recursos a los organizadores del popular evento religioso.
El Comité Altagraciano éste año, está integrado por Javier González, Arlinda Minaya, Pedro Regalado, Ramón Espíndola, Juana Martínez, entre muchos otros.
La santa misa en honor a la Virgen de la Altagracia, se celebra en esta fecha, en varias iglesias de North Philly que, incluye a Holly Inocente, San Martin de Tour, Encarnación y otras.
Éste evento religioso, se caracterizó por las oraciones de los devotos a la Virgen, saludos de hermandad, alegría y placer de estar unidos frente a la Patrona Espiritual de todos los quisqueyanos.
La devoción por la Virgen de la Altagracia, considerada como la Madre Protectora del pueblo dominicano, se inició durante el período colonial, cuando los viajes Cristóbal Colón, aunque también fue paseada por otras regiones del continente.
Según cuentan los historiadores y los párrocos de la Iglesia Católica, a partir del 12 de mayo de 1512 es construida una parroquia en la Villa de Salvaleón de Higüey, bajo las órdenes del obispo de Santo Domingo, García Padilla.
En esa época habían llegado a Higüey, los Hermanos Trejo, Alonso y Antonio, quienes trajeron la imagen de la Virgen de la Altagracia, éstos provenían de Plasencia, localidad de la Provincia Autónoma Extremadura, España.
Los Hermanos Trejo fueron los primeros en fundar un trapiche para producir azúcar, que tiempo después daría paso a los famosos ingenios de azúcar en el país.
Los Trejo se mudaron en la Villa de Higüey, y de inmediato regalaron la imagen de la Virgen de la Altagracia, para que toda la comunidad la venerara, y así sucedió, convirtiéndose hoy en la Madre Protectora de la República Dominicana.
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