El mandatario estadounidense propuso una medida legislativa que extienda por tres años DACA y los Estatus de Protección Temporal (TPS), a cambio de los $5,700 millones para su “barrera fronteriza de acero”. La oferta fue rechazada por los líderes demócratas. Las consecuencias son cada vez más notables. En medio del feriado hubo parques cerrados y retrasos de hasta 45 minutos en distintos aeropuertos.
Fue de 10% la ausencia laboral del domingo. Eso generó retrasos de hasta 45 minutos en los puntos de chequeo de distintos aeropuertos, como el de Minneapolis y el de New Orleans, según reportes del diario The Washington Post.
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El sindicato que representa a los trabajadores de la Administración de Seguridad en Transporte (TSA) ya había advertido que los empleados de esta agencia se encuentran entre los peor pagados en la escala salarial federal y que, en definitiva, no pueden hacer frente a un cierre del gobierno sin recibir su salario.
El pasado jueves, los empleados de la TSA protestaron en el aeropuerto internacional de Los Ángeles y exigieron una solución al gobierno. Muchos de ellos ya habían comenzado a abandonar sus trabajos o a reportarse como enfermos.
En su cuenta personal de Twitter, el presidente agradeció a los empleados federales afectados y los llamó “patriotas”. Reiteró que su propuesta no es una amnistía, a manera de calmar las críticas de grupos de la extrema derecha.
El plan del presidente formula un alivio migratorio de tres años para los dreamers y restaurar por ese mismo periodo el TPS para los países cuyos programas fueron cancelados a cambio de 5,700 millones de dólares para el muro fronterizo, lo cual ha sido rechazado por el liderazgo demócrata.
