En una fuerte apuesta por medidas económicas que pretenden disminuir la brecha entre ricos y pobres, el presidente Barak Obama emitió su penúltimo discurso del Estado de la Unión en el que exhortó al Congreso a aprobar un aumento de impuestos a los más adinerados y recortar la carga impositiva de la clase media.
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No obstante, Obama se abstuvo de hablar explícitamente de un tema que, como dijo, ‘levanta pasiones’: una reforma migratoria que podría dar alivio a millones de indocumentados en el país. El presidente sólo se limitó a decir que nadie se beneficia cuando separan a una madre trabajadora de su hijo y que “es posible mejorar una ley que confirme nuestra tradición como una nación de leyes y una nación de inmigrantes”.
Además, el mandatario dejó claro que el Congreso debe empezar “este año” a levantar el embargo comercial a la isla y, citando palabras del Papa Francisco sobre que la diplomacia es un trabajo de ‘pequeños pasos’, afirmó que ha llegado una nueva esperanza para el futuro en Cuba.
Una lucha contra la desigualdad económica
“¿Aceptaremos una economía donde solo a unos pocos de nosotros les va espectacularmente bien? ¿O nos comprometeremos con una economía que genera ingresos crecientes y oportunidades para todos los que se esfuercen?” Así fue como Obama arrancó la propuesta principal de su discurso: aumentar impuestos a los adinerado y a las grandes empresas y bajar la carga de las clase media.
El presidente promovió su idea de una “economía para la clase media” que, según él, ha funcionado a lo largo de la historia estadounidense, y que “seguirá funcionando, siempre que la política no se interponga en su camino”.
“Llevamos quince años en este nuevo siglo. Quince años que comenzaron con el terror llegando nuestras costas, que se desarrollaron con una nueva generación peleando dos guerras largas y costosas, que vieron una feroz recesión extenderse en nuestro país y en el mundo. Ha sido y sigue siendo, un tiempo duro para muchos. Pero esta noche hemos pasado la página”, dijo Obama durante su discurso.
El mandatario aseguró que “con una creciente economía, déficits menguantes, una ajetreada industria y una pujante producción de energía”, EEUU ha “emergido de la recesión con más libertad para escribir” su propio futuro “que ningún otro país en la Tierra”.
El discurso de Obama sobre el crecimiento económico se da luego de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó un informe en el que disminuyó el pronóstico de crecimiento económico mundial para el 2015 pero Estados Unidos fue el único punto brillante en un opaco reporte para las principales economías, con un crecimiento proyectado para el 2015 que se elevó a un 3.6% de un 3.1%.
Obama también pidió que el Congreso garantice una baja por enfermedad pagada de siete días al año, que permita dos años de “community colleges” gratuitos y suba el salario mínimo, que permanece estancado en los 7.25 dólares la hora desde 2009.
El mandatario también destacó que se ha detenido el avance de los militantes del Estado Islámico en Irak y Siria, pero que el proceso tomará su tiempo, por lo que pidió al Congreso la aprobación de una resolución que autorice el uso de la fuerza contra el grupo yihadista.
“Este esfuerzo llevará tiempo. Requerirá concentración. Pero tendremos éxito”, dijo Obama.
Inmigración, el tema olvidado
Sin mencionar las palabras ‘reforma migratoria’, Obama pidió al Congreso la aprobación de una ley que confirme la tradición de Estados Unidos como “nación de leyes y nación de inmigrantes”.
“Todos podemos reconocer algo de nosotros mismos en un perseverante estudiante joven y estar de acuerdo en que nadie se beneficia cuando se separa a una madre trabajadora de su hijo”, dijo Obama.
Ante un legislativo bajo control republicano en ambas cámaras, Obama dijo que si revertían algunos de sus cambios, los vetaría.
“No volver a las mismas luchas del pasado sobre inmigración cuando lo que tenemos que hacer es arreglar el sistema. Y si llega a mi despacho un proyecto de ley que pretenda hacer cualquiera de estas cosas, lo vetaré”.
Cabe señalar que el presidente aprobó noviembre beneficios migratorios que aliviarán a 5 de los 11 millones de indocumentados que viven en el país.
Obama dijo creer que todavía es posible mejorar y, por ello, pidió a los republicanos que actúen y aprueben una ley sobre migración que confirme la tradición de Estados Unidos como “nación de leyes y nación de inmigrantes”.
“Podemos pelear por los votos durante las campañas electorales -subrayó Obama- pero, seguramente, podemos ponernos de acuerdo en que el derecho al voto es sagrado y que se le está negando a demasiadas personas”.
EEUU, listo para el cierre de Guantánamo
Uno de los temas más esperados en el discurso fue el de las relaciones EEUU-Cuba, en el que Obama dejó claro que el Congreso debe empezar “este año” a levantar el embargo comercial, siguiendo su cambio de política hacia la isla, que “tiene el potencial de acabar con un legado de desconfianza” en el continente americano.
“En Cuba, hemos acabado con una política cuya fecha de caducidad había pasado hace mucho (…). Este año, el Congreso debería empezar el trabajo de acabar con el embargo”, afirmó Obama en su discurso sobre el Estado de la Unión ante el Congreso.
Citando palabras del Papa Francisco, sobre que la diplomacia es un trabajo de ‘pequeños pasos’, el mandatario afirmó que tras su decisión, ha llegado una nueva esperanza para el futuro en Cuba.