POR : JOHNNY SANCHEZ.
Si uno toma el resultado fiscal consolidado de todo el país se puede observar que en los últimos 15 años siempre hubo déficit fiscal primario, excepto en 2000 y 2007, de poca monta.
Ahora, si uno toma el resultado fiscal consolidado (nación + provincias + municipios) puede observar que en los últimos 20 años siempre hubo un déficit fiscal total.
De acuerdo con los datos elaborados por el Ministerio de Hacienda, que llegan hasta 2015, verificables; el gasto público consolidado pasó de 22% del PBI en 2000 al 42%, con crecimiento del PIB, según datos del Central, en 2015 y que hoy no está muy lejos de ese nivel.
Tal vez algún punto de más o menos, pero nada que haya generado un gran cambio en el nivel de gasto consolidado.
Es decir, el gasto público consolidado aumentó un 40% con relación al PBI entre 2000 y 2015.
Cuando uno muestra estos datos y señala que el problema no es solo el déficit fiscal, sino que, fundamentalmente está en el nivel de gasto público, la pregunta inmediata que surge es: ¿adónde cortaría Ud. el gasto público sin crear una crisis social?
Pregunta algo ridícula porque hoy ya estamos en tendencia deficitaria, sin marcha atrás.
Datos del Banco Central R.D. y CREES, y muestra la evolución del déficit/superávit público en los últimos 15 años.
Desde aplicar impuestos en forma retroactiva, pasando por cobrar impuestos para pagar impuestos (impuesto al cheque) e incrementar fenomenalmente la carga tributaria, con el regresivo itebis, nada ha cambiado.
Ahora bien, buena parte del gasto público se explica por el incremento del empleo público, los subsidios económicos en la era del León y lo que se conoce como el gasto público social, que tiene más de populismo que de otra cosa.
Si uno toma el gasto público social consolidado con relación al PBI, este pasó de 14,5% del PBI en 1980 a 30,85% en 2015.
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Es decir, mientras el gasto público consolidado aumentó 1,6 veces entre 1980 y 2015, el llamado gasto social subió 2,13 veces y nadie puede decir que los hospitales son una maravilla, o la educación pública de óptima calidad, o que los jubilados tienen un bienestar digno.
Dentro de los rubros que componen el gasto “social”, el mayor aumento se da en previsión social (jubilaciones y pensiones) que tienen que ver con el disparate de los come solos de haber incorporado 1,1 millones de jubilados sin que nunca hubiesen aportado al sistema, el total de cuotas.
Es un sistema jubilatorio de reparto quebrado que terminará de ser fulminado por el populismo.
Luego vienen los aumentos en planes sociales y sorprendentemente un aumento importante está en educación y en salud, todos rubros que están en franca decadencia.
De acuerdo con el presupuesto 2019, el 63% del gasto público está en el rubro gasto social. De ese 63%, 40 puntos corresponden a seguridad social.
Al punto que quiero llegar es, que la composición del gasto público muestra que la economía R.D. tiene clara tendencia a la socialdemocracia con pretensiones que el sector privado pueda bancar todos ese populismo socialdemócrata aplastado con impuestos.
Guste o no, el problema fiscal dominicano lejos está de solucionarse y en algún momento, si es que no queremos seguir en esta larga y agonizante decadencia, habrá que debatir seriamente tanto el sistema jubilatorio de reparto, que es inviable, y el gasto “social” en R.D.
Gasto “social” que no ha sido otra cosa que recursos que la competencia populista ha llevado a niveles infinanciables con el objeto de tener clientelismo político y ganar las elecciones. Lo que he denominado democracia que ha derivado en competencia populista.
Sé que mi enfoque y el tema es políticamente incorrecto, me resta votos, pero no vamos a poder crecer y darle bienestar a la población si en algún momento no nos ponemos a debatir seriamente esta farsa del gasto social, que es donde está el grueso del gasto público que es el que aplasta la economía y la hunde cada vez más.
En definitiva, tenemos un gasto público social que es una máquina de generar pobreza y eso tendrá que ser revisado, o podemos optar por la decadencia hasta llegar a ser un país fallido