Por Dr. Juan Durán
Hay sucesos que por sí mismos no solo ponen de relieve un asunto en particular, la justicia dominicana y sus debilidades, si no también que ponen al descubierto hechos más trascendentes. La andanada grosera que el procurador general de la república lanzara contra la jueza Miriam Germán Brito es buen ejemplo de lo que digo.
Y es que ese feo incidente contra la magistrada que durante 40 años ha mostrado ser una de las juezas más integras que ha tenido el país, sirvió para exhibir a todo el mundo como la sociedad dominicana, en su conjunto, reprueba la manera de gobernar del presidente Danilo Medina.
La sola defensa de la magistrada Germán Brito y el repudio que de diversos sectores sociales, desde liberales hasta conservadores, sirvió para desnudar el estado de descomposición del régimen peledeísta y de cómo actitudes como las señaladas dispara la protesta y la repudia de modo intensivo y nacional.
¿Cómo es posible que un procurador general de un país utilice argumentos de defensa partiendo de cartas o comunicaciones anónimas?
Es como si se jugara con un niño diciéndole cuentos chinos, porque no solamente el repudio de la República Dominicana sirve para desenmascarar a este señor, es que queda claro de que el presidente Medina no exhibir desde el palacio cohesión alguna en su gobierno.
El que el procurado Jean Alain Rodríguez haya intentado desmentir a una jueza tan proba y con una carrera a más de brillante ha sido ejemplar, también describe como, actuando como ventrílocuo, expresa el verdadero interés del presidente Medina de no querer de que la jueza Germán Brito llegue a ser presidenta de la suprema corte de justicia. Esa es la cuestión.
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Medina, que ya había intervenido para sendos candidatos suyos al tribunal constitucional y a la suprema, se quedó sin palabras ante la afrenta que protagonizaba su sub alterno Rodríguez, lo que ofreció un pobre desempeño de liderazgo y una actitud abiertamente irresponsable.
Querer controlar todo el aparato del estado, como lo hace casi en su totalidad el PLD, es una de las marcas oprobiosas que caracteriza al ejecutivo dominicano y no tendrán escrúpulos con tal de conseguir tener el dominio completo de las estructuras estatales si no se le pone un frente compacto de ciudadanos y organizaciones que logren frenar el apabullante poder que exhibe el régimen peledeísta y sus acólitos.
Es por ello consecuente que el Partido Revolucionario Moderno y particularmente Luis Abinader, le hayan salido al frente de manera enérgica y firme a las pretensiones de Medina y sus secuaces por tratar de denostar públicamente a una magistrada como Miriam German Brito, uniéndose así a las voces que han clamado en contra de esa afrenta.
De hecho, haber mantenido en supuesto al procurador Rodríguez contra la oleada de reclamos para que fuera destituido, no es más que la demostración más fehaciente de que Jean Alain no
hizo más que cumplir una orden del presidente Danilo Medina para atajar la probable designación de German Brito como presidenta de la suprema o bien para que fuera confirmada en su puesto.
Acciones como la del procurador general de la republica confirman nueva vez la descomposición del gobierno del PLD y del presidente medina y la necesidad imperiosa de sacarlo del poder en las venideras elecciones para que el pueblo dominicano pueda tener un liderato que respete la institucionalidad, se desmarque de otros poderes del estado y permita al país progresar con decoro, equidad y bienestar.
