Un total de 12 turistas mexicanos y sus guías egipcios fueron abatidos por fuerzas de seguridad de Egipto quienes abrieron fuego contra cuatro camionetas.
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El Ministerio del Interior declaró que los turistas fueron asesinados luego de que los agentes se confundieron con un grupo de terroristas. En un comunicado emitido poco después de la medianoche, el Ministerio aseguró que una patrulla conjunta de la Policía y el Ejército seguía a “elementos terroristas” en la región del desierto occidental, a la que está prohibido acceder.
Las autoridades relatan que accidentalmente entablaron combate con cuatro vehículos todo terreno que pertenecían a un grupo de turistas mexicanos.
“El incidente resultó en la muerte de 12 mexicanos y egipcios y en heridas para otros 10 que han sido transferidos hospitales”, agregó.
En el comunicado, el Interior aseguró que ha iniciado una investigación acerca de lo sucedido y sobre la presencia de las víctimas en una zona restringida pero no especificó cuántos ciudadanos mexicanos se encuentran entre las víctimas mortales.
No obstante, la Secretaría de Relaciones Exteriores de México señaló que hasta el momento solo ha podido confirmar la muerte de dos mexicanos. La Cancillería se encuentra en proceso de identificar y confirmar los nombres.
El Embajador de México en Egipto, Jorge Álvarez Fuentes se encuentran en el Hospital Dar-el-Fouad y se entrevistó personalmente con cinco de los mexicanos internados en el hospital que se encuentran en estado de salud estable.
En su cuenta de Twitter, el presidente de México, Enrique Peña Nieto, condenó los hechos y exigió una investigación a fondo y explicación, así como el apoyo de las autoridades egipcias a los nacionales mexicanos que están siendo transportados a El Cairo.
Una zona en combate contra yihadistas
En esa región de Egipto se realizan viajes turísticos para visitar los oasis, aunque en los últimos años se ha limitado este itinerario por motivos de seguridad.
La cercanía con la frontera de Libia ha facilitado el tráfico de armas y las autoridades egipcias no han conseguido controlar este territorio desértico, donde se han registrado ataques contra las fuerzas de seguridad.
Durante la tarde, el grupo Estado Islámico en Egipto afirmó en un comunicado que “había resistido una operación del ejército en el desierto occidental” y “obligado a huir a miembros del ejército”, sin dar más detalles.
Tanto las filiales egipcias de ISIS, el Estado Islámico en Egipto y Provincia del Sinaí, como el resto de grupos yihadistas reivindican a menudo ataques contra las fuerzas del orden, especialmente en la península desértica del Sinaí (este), donde tienen su principal feudo.
Estos ataques aumentaron, incluso en el centro de El Cairo, desde que el ejército derrocara y detuviera al presidente islamista Mohamed Mursi a principios de julio de 2013.
El artífice del derrocamiento de Mursi y su sucesor al frente del país, el presidente Abdel Fatah al Sisi, lanzó además una sangrienta represión contra los partidarios del jefe de Estado islamista.
Centenares de policías y soldados han muerto en estos atentados desde hace más de dos años. Los yihadistas aseguraban en un primer momento actuar en represalia a la implacable represión contra los partidarios de Mursi.
En julio de 2014, al menos 21 soldados murieron por un ataque de hombres armados en la zona de Wadi al Yedid, cerca del oasis de Farafra, en el desierto occidental. Asimismo, en ese mismo lugar, una filial del grupo Estado Islámico decapitó en agosto a un joven croata, que trabajaba para una compañía francesa, y perpetra a menudo numerosos atentados contra las fuerzas de seguridad en todo el país.
Por otra parte, el grupo yihadista Wilayat Siná (Provincia del Sinaí) reivindicó el pasado mes de diciembre el asesinato de un ciudadano estadounidense, trabajador de una petrolera, secuestrado en el desierto occidental.
Las fuerzas de seguridad egipcias se enfrentan a grupos islamistas radicales, presentes sobre todo en la península del Sinaí y que han aumentado su actividad desde el golpe de Estado de julio de 2013.