Por el Dr. Juan Durán
A terminado la Semana Santa, fecha que sirve para unir a las familias, los buenos amigos y reflexionar sobre el destino que nos espera, pero sobre todo el destino de nuestro pueblo. Esta Semana Santa a sido muy especial, escuchamos las sinceras palabras de monseñor Francisco Ozoria Acosta, palabras que han calado muy adentro en la sociedad porque dicen una gran verdad.
También escuchamos los siete sermones nunca que yo recuerde la iglesia católica había denunciado con tanta coherencia la mala gestión de un gobierno y su sed de riquezas. Estoy convencido que en estos días la población dominicana se sintió apoyada por la jerarquía de la madre iglesia católica.
La irresponsabilidad del gobierno del PLD se ha convertido en una corporación económica, han secuestrado la justicia y todos lo poderes de estado concentrados en el presidente Danilo Medina y esto es síntoma de una dictadura de facto que no respeta el orden democrático.
Han tenido todas las oportunidades de haber logrado una gran transformación de la nación, pero no ha sido así los préstamos internacionales asumidos por el estado dominicano no han servido para estos fines, la dirección del PLD ha hecho un complot en contra de todo un pueblo, han perdido la visión para lo que fueron elegidos: para servir a su pueblo haciendo una buena administración de los bienes y de las riquezas de la nación dominicana, en contraposición de esto perdieron la extraordinaria enseñanza de su profesor Juan Bosch.
Es un grupo de poder minoritario, que se han adueñado de toda una nación, me hallo perplejo, me siento como cuando abandonan a un niño que no sabe valerse por si mismo, mirando como este grupo de muchachos que llegó al poder hace veinte años, pudieran manejar tales dimensiones de riqueza. Todo esto conlleva a que la población esté con los mayores índices de pobreza, malos servicios de salud, una educación pobre, inseguridad ciudadana, poco abastecimiento de agua potable, descontrol de la inmigración, el tráfico de drogas y un sin número de males que afectan a la República Dominica.
No debemos hacernos de la vista gorda, no debemos dejar de mirar al pasado, cuando estos señores que nos gobiernan eran jóvenes que tenían un deseo de servirle a su país, porque eso hoy ha dejado de existir. Sus riquezas mal habidas solo han servido para empobrecer más al pueblo.
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No debemos callar más las deudas públicas porque son desorbitantes, solo hay que ver el historial de esas deudas: el gobiernos del dr. Joaquín Balaguer la deuda externa alcanzó la cifra de 3 mil millones de dólares, en el gobierno del ing. Hipólito Mejía la deuda ascendió a los 7 mil millones de dólares, sin embargo en los mandatos del PLD esa deuda a sido incontrolable.
En los gobiernos del dr. Leonel Fernández la deuda alcanzó la cifra astronómica de 27 mil y pico de millones de dólares, y la deuda que llevamos hoy a siete años de los gobiernos del ing. Danilo Medina, que algún día el pueblo tendrá que pagarla, alcanza la suma de 66 mil millones de dólares.
Esa realidad que tiene nuestro país nos debe permitir llegar a lo que debería ser un cambio positivo y que nos permita avanzar a metas de progreso, no debemos seguir brindando una patria a políticos sin conciencia de su deber porque esos políticos han tomado el camino más corto para enriquecerse, ahí están todos los hechos de corrupción, el de la punta del iceberg es punta Catalina, que todavía no sabemos hasta cuándo estaremos pagando más dinero por ella.
En el palacio se instaló João Santana y su esposa, la camarilla principal de Odebrecht para America Latina, llevado de la mano por Lula da Silva, lo que ha provoca que República Dominicana sea un hazme reír delante de cualquier organismo de justicia a nivel mundial.
Gracias a Dios existen hombres como Luis Abinader, que luchan por hacer el verdadero cambio. Y lo importante es el compromiso que ha asumido delante del pueblo dominicano, de que está dispuesto de llevar todo acto corrupción a la justicia, en la calle o en donde sea necesario. Nuestro pueblo se merece que todos juntos, hombres y mujeres de moral intachable, logremos hacer realidad los ideales patrios de los fundadores de nuestra nación, Duarte, Sanchez y Mella.
Mi reflexión de Semana Santa es que Leonel Fernández, Danilo Medina y la corporación económica del PLD deberán morir de rodillas pidiendo perdón al pueblo dominicano, por todo el daño hecho a la nación.
Hay un pueblo esperando por Luis Abinader.