POR JOHNNY SANCHEZ. ECONOMISTA
Aceptar que sean los tribunales, o el Congreso los que decidan si Danilo Medina puede ir a convención interna, es una forma de diferir y obligar al Congreso a recibir la modificación ordenada por jueces, así el jefe del estado será el protagónico y dejara al león, Leonel Fernández, maniatado.
Ese león de los 12 años se cree que con sus 500 millonarios que hizo, recuerden a ninguno los cuestionó por subir sus patrimonio mil veces, solo con sueldos del Estado, lo subían, nos decían.
Él cree, que puede ganar y volver con sus amigos al poder.
Hoy, lo humillan por no aceptar un debate en el Congreso, se lo dicen así; ¿Por qué Ud. impide que se conozca una iniciativa legislativa tendente a convocar la Asamblea Nacional Revisora para revisar un transitorio en Constitución y permitir la habilitación del presidente?
Responde que no aceptará modificar otra vez la Constitución.
Parece que lo que está en juego en R.D. es eso, el poder del dinero contra la vergüenza y honestidad de un pueblo cansado de impunidad y amiguismo encubridor.
Yo si veo como camina R.D. y allá la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un auto sacrificio, entonces se puede afirmar, que su sociedad está condenada. “Cuando ese país compruebe que el dinero fluye hacia quienes trafican favores, permisos y ayudas, donde el macuteo y el peaje es lo que se espera para cerrar un trato; cuando se perciba que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias más que por el trabajo,y que las leyes no lo protegen contra ellos sino, por el contrario, son ellos los que están protegidos contra usted que necesita ayuda”. Algo está mal.
Muchos dominicanos nos damos cuenta de que está sociedad está condenada al autoritarismo por las ambiciones de poder y dinero del peledeísmo.
Quien hoy vive en R.D. de su trabajo honesto y decente, es expoliado por el Estado con una carga impositiva inusitada. ¿Dónde va ese dinero que genera la gente honesta?
Una parte va a la escandalosa corrupción de la obra pública. En pocos años, desconocidos empleados
de banco, empleados públicos, o comerciantes se transformaron en multimillonarios empresarios de hotelería, de medios de comunicación, constructores de obras públicas, empresarios de la energía y cuánto rubro uno pueda imaginarse.
Sin tiempo para contar el dinero, directamente lo pesan en fajos de dos mil.
Mientras honestos ciudadanos tienen que soportar exhaustivos controles impositivos, otros pocos multiplican sus fortunas sin rendir ninguna cuenta de sus actos.
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otros mueven bolsones de efectivo en aviones particulares haciendo sus operaciones cambiarias en los barrios más caros de Santo Domingo mientras cacarean su progresismo y los logros del modelo nacional y popular con inclusión social.
Nunca se ha visto tanta desfachatez junta ni se le ha mentido en la cara tan impunemente a la gente para esconder, detrás de un discurso “de solidaridad con los pobre”, mientras la gente muere por inundaciones y falta de mantenimiento en los medios de transporte. Una corrupción que ya ha llegado al punto de transformarse en asesina. Pero también el dinero fluye a hacia los que no trabajan.
Una vez más voy a ser políticamente incorrecto.
No estoy a favor de oposición ni el status quo, y doy este ejemplo: La famosa asignación por hijo (tarjeta solidaria), iniciada por el expresidente Hipólito Mejía con su PPH, facción
del dividido PRD, no es más que un claro fracaso del modelo en la creación de puestos de trabajo. Antes de eso, Leonel también lo uso para evitar protestas en barrios, repartía a tigüeres un sueldo para su romo, novias y comida y de ahí nació la nominilla, porque no hay trabajo, ni cama para tanta gente.
Para esconder semejante fracaso, el presidente Danilo Medina suele afirmar que gracias a la tarjeta solidaria las empresas ya no pueden explotar a la gente porque el Estado le puso un piso al salario que deben pagar las empresas. Se ve que el presidente recorre el país en avioneta y helicóptero y trata solo con gente que lo adula, porque la realidad es que quienes reciben esos planes no quieren trabajar en blanco, legalmente, para no perder el subsidio de la tarjeta solidaria.
Es decir, una forma de precarizar más el trabajo, del cual el presidente no ha tomado debida nota o se hace que la que no lo sabe. Pero, además, la forma de subir los ingresos de la población es con nuevos puestos de trabajo que surgen de inversiones.
Es decir, más inversiones implican más demanda laboral y mayores salarios a pagar en la medida que va creciendo la productividad de la economía.
Como en RD nadie quiere invertir por la inseguridad delictiva y jurídica que ahora con la reforma laboral tiende a infinito, no se crean puestos de trabajo y el que vive de la tarjeta solidaria va a seguir dependiendo de esa dádiva del Estado. Tal vez ese sea el objetivo del proyecto de poder hegemónico. Tener mucha gente dependiendo del puntero político para tener un voto cautivo.
Estoy de acuerdo con que el gobierno ayude, subsidie y abarate costo de vida en base a estudio y verificación de necesidades, pero ahora se hace para mantener cautivo ese voto y cállate,
no protestes que te estamos dando ayuda.