Llegó a Manhattan en un helicóptero procedente del aeropuerto Kennedy, y ahí se subió a un Fiat 500L, escoltado por grandes camionetas con personal de seguridad. Mientras la caravana avanzaba lentamente hacia la Catedral de San Patricio, el papa bajó las ventanillas y saludó a la multitud. Luego se subió al papamóvil marca Jeep y llegó en él a la catedral.
“Estoy muy feliz, es importante. Es nuestro papa”, dijo Dolores Prebo, una madre ecuatoriana que vive en Queens (noreste) y arribó en la madrugada del jueves cerca de la Catedral San Patricio con su hijo de un año y medio.
Dentro del recinto, las monjas sentadas en las bancas dieron un fuerte aplauso cuando el papa les agradeció por su fortaleza, su espíritu y su valor, y les dijo “las quiero mucho”.
Fue la expresión más notoria de gratitud después que el Vaticano ordenó, durante el papado de su predecesor, una reforma a la congregación de monjas más grande de Estados Unidos, a la que acusó de alejarse de las enseñanzas de la Iglesia. Las monjas refutaron la acusación y recibieron numerosas muestras de apoyo de los católicos estadounidenses. La revisión concluyó este año, dos años antes de lo programado, sin grandes cambios implementados.
Francisco inició su visita a Nueva York expresando solidaridad con los musulmanes luego de la estampida de peregrinos en La Meca, en Arabia Saudí, en la que murieron más de 700 personas. Ofreció una oración por las víctimas desde el altar de San Patricio.
El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, y su pareja desde hace tiempo, la conocida cocinera Sandra Lee, tuvieron unos momentos con el papa tras un servicio religioso en la catedral de San Patricio.
El pontífice bendijo a Lee, que hace poco dijo estar libre de cáncer tras pasar por una doble mastectomía, indicó un asistente del gobernador.
Cuomo pidió al papa que rece por su padre, el fallecido ex gobernador Mario Cuomo, indicó el asesor.
Horas antes en Washington, el sumo pontífice pidió a la nación que compartiera su inmensa riqueza con los menos afortunados. Exhortó al Congreso y al país a abolir la pena capital, combatir el cambio climático y acoger a los inmigrantes. Los legisladores dieron fuertes ovaciones al líder mundial de los católicos pese a tener obvias diferencias sobre algunas de sus posturas.
Después que Francisco habló en el Capitolio, viajó a una iglesia en el centro de Washington, donde se codeó con los necesitados y con indigentes, bendijo sus alimentos y caminó entre ellos mientras comían.
Francisco concluirá su vista el fin de semana en Filadelfia, donde hablará frente al monumento Independence Hall y celebrará una misa en Benjamin Franklin Parkway, para clausurar un importante evento católico.