En el escenario de Detroit la consigna parecía la de ir todos contra el exvicepresidente. Sin embargo, Biden lució mejor que en el primer debate de Miami y terminó dominando el tiempo de pantalla, aunque solo fuera para responder ataques.
Lo primero que se escuchó de la última jornada del segundo debate demócrata fue algo que en realidad no estaba previsto que escuchara la audiencia, cuando el vicepresidente Joe Biden le dijo sonriente a la senadora Kamala Harris “Trátame suave, chica”, con el micrófono abierto pese a que el evento no había empezado.
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Esta vez el enfrentamiento no empezó por diferencias sobre cómo manejar problemas de segregación de medio siglo atrás, como ocurrió en el primer debate de Miami en junio pasado (aunque el tema volvió a surgir más adelante en el encuentro organizado por CNN en Detroit)
Harris no estaba dispuesta a ese trato “suave” y por buena parte de la primera hora del debate enfiló contra Biden al contrastar el plan de salud que ella presentó recientemente, una versión híbrida del “Medicare para todos” -con participación pública y privada-, con la propuesta del exvicepresidente, quien quiere expandir la actual ley de salud, conocida como Obamacare.
La senadora por California cuestionó que Biden quisiera extender un sistema que no ha logrado responder a las necesidades de todos los ciudadanos y este le respondió diciéndole que “no puedes derrotar al presidente Trump con un doble discurso sobre este plan”, haciendo referencia al alto costo que implicaría para el fisco.
Pero Harris no reaccionó bien a las críticas de Biden (ni de otros aspirantes que, viendo el relieve que Harris adquirió después del primer debate presidencial también le dedicaron la atención que suelen concentrar los punteros a quienes los demás quieren desplazar).
En un punto Harris sugirió que quienes la criticaban no habían leído bien su propuesta de salud.
La congresista por Hawaii Tulsi Gabbard cuestionó que el plan de Harris contara con el respaldo de Kathlee Sebelius, quien fuera secretaria de Salud y Servicios Humanos de Barack Obama, lo que para la representante era demostración de que era un programa del gusto de la industria de la salud.
Pero el centro de los esfuerzos de todos era Biden. Desde el podio del extremo derecho del escenario, el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio trató de elevar su perfil dentro del programa arremetiendo contra Biden, haciéndole preguntas directamente, usurpando el trabajo de los moderadores.