Por Isaac Manuel Hernández Álvarez
El político, el periodista y la ciudadanía se encuentran inmersos a diario en un espacio de tan solo 280 caracteres. El uso de Twitter en la política ha transformado la comunicación política y con ella han tenido que reinventarse los agentes que participan en esta red social, incluso ha contagiado a otras plataformas con el uso de los cotidianos hashtags.
El uso más que generalizado de Twitter por parte de la clase política ha cambiado la dinámica de los dirigentes, gobernantes y partidos políticos en la comunicación pública. Los políticos cuentan y emiten tweets a diario con sus contenidos más relevantes haciendo participar a las audiencias y donde la imaginación no tiene límites.
La clave para llegar a grandes masas de tuiteros está en la calidad y poder de atracción del contenido y, por otro lado, por lo que pueda trascender a través de compartir y retuitear publicaciones. De ahí la importancia que se analice la información del contexto, del momento y de ser capaz de escribir en pocas palabras cosas relevantes y llamativas de cara al usuario.
El microblogging se ha ido transformando a lo largo de los años, los periodistas tienen en esta plataforma social una fuente inagotable de noticias y un lugar donde poder contrastar informaciones y datos referentes a cualquier contenido que se haya publicado, eso sí, hay que andar muy rápido; Twitter no tiene espera. Las ruedas y notas de prensa, al igual que los boletines que se usaban para informar al ciudadano, ya no tienen el mismo recorrido. Los medios de información tradicionales se han ido sustituyendo por canales de comunicación como Twitter, Facebook, Instagram, YouTube y otras redes sociales, el neuromarketing político es cada vez más protagonista, es la era digital y en esta el que manda es el ciudadano, es el nuevo paradigma de la comunicación.
Twitter es primicia, novedad, actualidad, inmediatez.
Pero llegados hasta aquí ¿tiene que estar cualquier persona dedicada a la vida pública con un perfil abierto en Twitter? La respuesta es no. Vemos como miles de partidos políticos y candidatos a elecciones abren a diestro y siniestro cuentas en las redes sociales, incluso duplican y triplican los perfiles porque alguien en su día abrió un usuario y ahora no recuerdan la contraseña.
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TWITTER EN CAMPAÑAS POLÍTICAS
Twitter, al igual que otras redes sociales, puede formar parte del canal de comunicación de la marca política y que, usada con una estrategia clara y definida, puede resultar muy importante además de servir de canal directo de escucha activa ante el electorado. El ciudadano tiene mucho más poder de decisión a la hora de interactuar con una cuenta o post, ya el medio de comunicación no está en mano de la verdad absoluta, las reglas del juego han cambiado. No obstante, este escenario de reinvención para los medios de comunicación no tiene porque ir en detrimento de seguir en la línea del buen trabajo periodístico y el político tampoco puede gobernar a golpe de tweet, todo en su justa medida y sin perder el norte, hay que contextualizar lo publicado y contrastar las noticias que van y vienen.
El ciudadano contacta con el político, el político puede contactar directamente con el ciudadano, no se necesita de intermediarios para comunicarse. En este nuevo formato donde se eliminan barreras la comunicación política bidireccional es más fluida y eso conlleva riesgos.
REGLAS DE TWITTER EN POLÍTICA
Twitter lo carga el Diablo y no es la primera vez en que juega malas pasadas a la clase política, al medio de comunicación y al ciudadano. A diario se escriben frases que son eliminadas, el error en Twitter es dos veces error. A todo esto, existe la preocupación por lo altos niveles de crispación, insultos y malas prácticas que se llevan a cabo en esta red social, también en las demás, pero Twitter quizás sea más delicada en ese sentido.
Otro riesgo lo tenemos cuando las cuentas no son manejadas por profesionales, falta de coordinación en los equipos de comunicación, tweets que no tuvieron que haberse publicado y un sinfín de contratiempos que dejan muchas veces a las marcas políticas al filo del abismo. Twitter puede también servir de plataforma para establecer estrategias de marketing político que humanicen al líder o candidato a través de sus publicaciones en forma de fotos, vídeos cortos, respuestas al ciudadano, menciones a compañeros u otros perfiles, en definitiva, un buen uso de Twitter puede cambiar la percepción del pueblo hacia la figura pública.
Si vas a trabajar tu comunicación política en esta red social plantéate si le vas a dedicar el tiempo que requiere, piensa que la forma de hablar y redactar es para una audiencia que difiere en su forma de actuar con los encuentros en la calle y ten en cuenta que vas a comunicar, si es o no relevante, no pierdas el tiempo.
La red social del pajarito seguirá evolucionando, aumentará su número de usuarios y por eso la vida dentro de la plataforma seguirá ofreciendo una oportunidad única para establecer un espacio de conversación entre la política, el medio de comunicación y el pueblo.