“Esto no es algo que puedo hacer solo, tengo que tener a un Congreso y gobernadores que estén dispuestos a trabajar conmigo. Espero y rezo para no tener que salir nuevamente a ofrecer mis condolencias a las familias. Pero de acuerdo con mi experiencia como presidente, no puedo garantizarlo y es terrible decirlo”, agregó.
En cifras de la organización
Everytown for gun safety, desde 2012 ha habido 142 tiroteos masivos en escuelas de Estados Unidos. En lo que va de 2015, se han registrado 45: unos 28 en escuelas y 17 en universidades.
Este jueves, se suma un nuevo caso a las estadísticas, luego de que un joven entrara disparando en un salón de clases en el Umpqua Community College y dejara al menos unos 10 muertos y 7 heridos, según el sheriff del condado de Oregon, John Hanlin.
Fuera de las escuelas, en los espacios públicos, Everytown
ha contabilizado 133 tiroteos masivos entre 2009 y 2015, a razón de dos por mes y que ocurren en 39 estados. En algunos casos, se ha comprobado luego de los hechos que son personas con problemas psiquiátricos.
Este jueves, Obama catalogó a quienes cometen estos actos como “enfermos mentales”.
Propuestas fallidas
En Estados Unidos, el debate sobre el control en la venta de armas es de vieja data.
En este país donde la Constitución establece el derecho de tener armas de fuego, se ha hablado sobre un endurecimiento en el sistema de revisión de antecedentes penales e historiales de enfermedades mentales a los compradores que ya era parte de la ley Brady, firmada por el presidente Bill Clinton en 1993.
Sin embargo, existen vacíos legales, pues los vendedores particulares de armas por internet o en ferias, por ejemplo, escapan de estos chequeo.
Así, el papel de los estados es determinante, y en este momento mucha de la legislación sobre armas es definida en estas instancias y no por el gobierno federal.
En abril de 2013, el Senado presentó una enmienda con la que pretendían extender el control de antecedentes a todas las transacciones que involucraran armas, pero no prosperó.
También fracasó Obama cuando quiso prohibir los rifles de asalto y limitar el número de balas tras la presión del sector comercial.
El director ejecutivo del Centro de Políticas de Violencia (VPC, por sus siglas en inglés), Josh Sugarmann -a favor de los controles y en contra de las armas-, dijo en un
comunicado difundido este jueves que lo sucedido en Oregon es consecuencia de “la inhabilidad de nuestra nación por atender nuestra crisis de armas”.
Sugarmann reitera que “muchas vidas se pierden, hay familias devastadas y comunidades asustadas mientras que la industria armamentista de Estados Unidos continúa funcionando como siempre”.
Al final, el director ejecutivo del VPC asegura que de no tomarse acciones, “estos horrorosos eventos seguirán definiendo a nuestro país”.