Las normas rigen un amplio espectro de circunstancias que incluyen guardar las pertenencias personales de los inmigrantes, así como el uso adecuado de las esposas y otros instrumentos de control físico. La temperatura debe estar ajustada a un “nivel razonable y cómodo”, la comida nunca debe ser usada como recompensa o castigo, y deben realizarse los esfuerzos razonables para ofrecer duchas para todos aquellos que se acercan a los tres días retenidos.
Las celdas de la Patrulla Fronteriza fueron diseñadas para retener personas sólo por unas cuantas horas -por lo general un día o dos como máximo- antes de ser deportadas, entregadas a personal del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE por sus siglas en inglés), que cuenta con instalaciones de detención más grandes o, en el caso de los niños sin acompañantes, transferidos al Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos en un lapso no mayor a 72 horas.
La aglomeración de niños centroamericanos que el año pasado cruzaron la frontera por el sur de Texas detonó un gran número de quejas sobre personas que eran retenidas demasiado tiempo y bajo malas condiciones en estaciones de la Patrulla Fronteriza.
El comisionado de la CBP, R. Gil Kerlikowske, ha defendido el desempeño de la agencia e insinuó que las quejas sobre bajas temperaturas eran resultado de gente que entra a cuartos con aire acondicionado luego de estar bajo un calor excesivo.
“La meta -y nos mantenemos realmente atentos a esto- es que la gente deje de estar en nuestra custodia en 24 horas”, aseguró Kerlikowske en una entrevista en agosto. “Se les proporciona agua y comida y la oportunidad de descansar, y, por supuesto que deben ser procesados. Es decir, se han ido. Y esa es nuestra meta real, que estén en nuestra custodia el menor tiempo posible”.
Kerlikowske dijo el lunes que las normas ofrecen una “política congruente y clara” para la gente en custodia. Los grupos en defensa de los derechos, que habían hecho de los estándares de detención una prioridad, tuvieron en general una reacción tibia.
Chris Rickerd, asesor de políticas para la Oficina Legislativas en Washington de la Unión Americana de Libertades Civiles, elogió a la agencia por un “esfuerzo inicial” y su atención en atender niños, personas con discapacidad, y homosexuales, lesbianas y transexuales. Pero dijo que las normas se quedaron cortas en general y que la agencia carece de supervisión independiente.
Tomado de Univision.com