Por Dr. Ramón Ceballo
La comunidad dominicana en el exterior, ha venido creciendo rápidamente.
A pesar de que vivimos Dispersos por todo el globo terráqueo, los dominicanos, acogiéndonos a las leyes de los diferentes países y Estados nos hemos sumado al desarrollo social, político y económico de las comunidades donde residimos.
Hemos asumido a pesar de las limitaciones idiomáticas, las inclemencias de las temperaturas, la diferencia cultural e incluso la discriminación, un papel protagónico.
Hoy en el exterior somos una referencia, económica, cultural y política, que incide, sin embargo, la diáspora dominicana ha sido totalmente ignorada por los diferentes gobiernos que han dirigido los destinos del país.
Son grandes los aportes que hace la diáspora dominicana a la economía nacional a través de las remesas enviadas al país.
En el ano que recién finalizo, 2019, la República Dominicana recibió más de 7 mil millones de dólares por concepto de remesas desde diferentes partes del mundo, especialmente de los Estados Unidos y Europa.
Un elemento a resaltar es el hecho de que en los últimos diez años (10) suman 52,202 millones de dólares, los aportes directo que han hecho los dominicanos en el exterior a la economía dominicana.
If you are a married man who wants to buy Kamagra as it viagra samples australia is proven to be safe remedy for erectile dysfunction. Never ever also usa discount cialis think that the problem is about you. levitra samples This is taken with a glass of water. According levitra line to an Australian study losing 5-10% of body weight over a two month period increased libido in men is also one of the main problems generated due to diabetes. Además de las remesas, durante el pasado periodo navideño, las autoridades aeroportuaria afirmaron que más de 350 mil pasajeros dominicanos ausentes estuvieron de regreso en la República Dominicana a reencontrarse con sus familiares y amigos para disfrutar de las fiestas navideñas.
Por este renglón el gobierno del PLD ilegalmente se apropio de 3 millones 500 mil dólares, fruto del ilegalmente impuesto de 10 dólares para poder viajar al país a los dominicanos en el exterior que el gobierno de Danilo Medina y el PLD impusieron.
Dinero este, cuyos funcionarios, no lo consignan en el presupuesto, lo que indica que no se ha usado para favorecer al pueblo, sinó para distribuirlo en la base clientelar que el PLD ha creado.
Las remesas que envían los dominicanos que viven en el extranjero, junto al sector turismo, representa la mayor cantidad de divisas que entra al país, lo que activa y dinamiza la económica, sin embargo, no han sido tomado en cuenta por los gobiernos dominicanos.
Recientemente la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en su informe Panorama Social de América Latina 2019, afirmó, que de no ser por las remesas que envían los dominicanos al país, la pobreza en la República Dominicana afectaría a un mayor número de la población.
El tema de la diáspora dominicana debe ser asumido con mayor responsabilidad y profundidad por los políticos en el país, no solo por los aportes a la economía, sino también por la fuerza política electoral que está por encima de los 589 mil electores.
Nos hemos convertido en la cuarta plaza electoral más importante con alrededor de un 8.5 % del total de la población electoral, solo superada por la provincia de Santo. Domingo, el Distrito Nacional y San Cristóbal, lo cual le da poder para decidir las próximas elecciones dominicana.
El sistema clientelar que existe en el país, le teme a una población en el exterior con una clara independencia, económica, política y social, razón por la que nos limitan.
Es posible que el liderazgo político no se de cuenta que nadie puede ganar la presidencia de la Republica Dominicana sin considerar el voto de quienes residen en el exterior. Muchos se niegan a reconocerlo, probablemente, debido a que consideran que quienes han abandonado el país son ciudadanos de segunda categoría, sin embargo quieren nuestras remesas, y nuestros votos, porque saben que nuestro voto sí importa, e importa mucho aunque no lo admitan.