Por Johnny Sanchez
Economista
Da pena que 600 mil dominicanos, un 7% del padrón actual, se puedan quedar fuera del sufragio por negligencia de la Junta Central Electoral dominicana.
Todos los hermanos hispanos de muchos países, residiendo junto a nosotros, que somos dominicanos exiliados económicos y que aportamos 7 mil millones de dólares a nuestra economía cada año en Quisqueya estamos en pie de lucha, o nos oyen, o bloqueamos entrada a toda entidad que dice representarnos ya que esas entidades han demostrado que solo son unos coge cheques y que no les importa la Diáspora dominicana, ni nos defienden.
Estamos dispersos en 3 circunscripciones, pero tenemos amigos desde Canadá hasta la tierra del fuego en hemisferio americano y desde Europa a todas las islas del caribe apoyándonos, somos millones, si se unen esos pueblos vecinos que saben que hemos sido solidarios con ellos y hoy les pedimos una mano.
Estas son las excusas que me han dado: La implementación del voto desde el extranjero tiene un alto costo asociado. “El costo de un voto desde el extranjero excede con creces el costo de un voto producido en el interior del país”. Respondo: Ese derecho lo ganamos por ley y ¿por qué los 7 mil millones de dólares que remesamos no se les retiene algo para en cada cuatro anos darnos el derecho democrático de votar?
Preguntan lectores como yo, muy observadores.
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Johnny mira, las complicaciones no son solamente financieras.
“La implementación del voto en el extranjero es complicada técnicamente por varios factores, entre los que se cuentan el número de votantes del que hay que dar cuenta, los lugares de votación, las distancias que se ven involucradas y las complejidades que se incorporan en el sistema de votación”
Respondo: Sin embargo, he observado que en el derecho comparado ha surgido una importante serie de mecanismos que dan cuenta de esas dificultades estableciendo diferentes vías más o menos idóneas para realizar el sufragio desde el exterior.
Entre ellas se cuentan (i) el sufragio en embajadas o consulados, o en lugares de votación especialmente habilitados; (ii) el sufragio por correo; (iii) el sufragio por mandato o plancha.
Todos ellos tienen la virtud, no sólo de servir de soporte al procedimiento del voto desde el exterior, sino de permitir un mayor acceso a la votación por parte de los ciudadanos en el exterior.
Voy más lejos, hay una relación inversamente proporcional entre un sufragio barato y un sufragio que cumple con las garantías de autenticidad, secreto, seguridad y confiabilidad. Luego, parece ser que la respuesta basada en la proliferación de nuevas tecnologías para solucionar el problema del costo de la elección desde el exterior no es del todo obvia.
Damos plazo hasta semana santa para tener todo definido, gente capacitada y nombrada por JCE con toda la logística monetaria, porque aquí ni el coronavirus nos ahuyentará de votar, uno a uno y tener nuestros diputados al frente de protestas, de lo contrario no votaremos por ellos, solo por los presidenciables.
