Por Elvin Dominici
El Coronavirus (Covi-19) es una realidad global que nos hace ver a todos la vida desde una perspectiva distinta por las consecuencias que trae el contraer este virus “la muerte”. La epidemia ha puesto en la misma página a casi a todos líderes del mundo, que la prioridad es salvar la mayor cantidad de vidas posibles; con la excepción del gobierno de Danilo Medina. Esta enfermedad que al día de hoy lleva mal contados para fines mediáticos 39 fallecidos y 859 infectados en el país.
Es vergonzoso que esta emergencia mundial que atenta seriamente con la normalidad de nuestras vidas, todavía no se enfrenta con absoluta seriedad por el oficialismo. Las acciones de nuestras autoridades marcan pautas muy tímidas, irresponsables y mediocres ante el reto de frenar las muertes de nuestros seres queridos. Por eso públicamente responsabilizo a este gobierno de todos los dominicanos que han muerto o perderán un ser amado por culpa del Covi-19.
Las razones son abrumadoras y contundentes:
Primero, las elecciones municipales celebradas en el país el pasado 16 de marzo abrieron las puertas al contagio masivo de la población. El Covi-19 ya estaba diseminando sus raíces en el territorio nacional y la permisividad de este gobierno le dio cabida a que hoy estemos encaminados en los mismo pasos de Italia. Este país es uno de los epicentros más contaminados de este virus en todo el mundo. Todavía peor, siguen empeñados en celebrar las elecciones presidenciales el próximo 17 de mayo y así manipular un número muy bajo de participación, crear un ambiente más certero para un fraude y seguir poniendo en último lugar el proteger la vida.
Segundo, el presidente le tiembla la mano para auxiliar con entrega y decisión a todos los dominicanos. Nuestra economía que tiene un total de 4,715,879 personas laborando de los cuales el 45.7% o 2,156,105 son trabajadores informales. ¿Dónde está la ayuda económica para los vendedores ambulantes, los chiriperos, las amas de casa, entre otros?
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Las medidas económicas para ayudar a nuestro país a sobrepasar esta crisis de salubridad mundial, fue enfocada exclusivamente a personas que son partidistas o dependen del gobierno para asegurar una campaña mediática para las próxima elecciones presidenciales.
Uno de los medios de apoyo a los pobres en esta pandemia es con el programa social de la tarjeta de solidaridad, otorgadas por el Plan Social del gobierno. Este está plagado con simpatizantes y miembros del partido morado que a pesar de que ellos también necesitan ayuda, esto no incluye a todos los dominicanos. Además es de dominio popular de personas que tienen varias tarjetas de este programa más como botellas del gobierno que familias pobres necesitadas.
Tercero, la campaña presidencial ha tomado prioridad de parte del oficialismo antes que la necesidad de salvar vidas. Este gobierno se burla de nosotros cuando vemos el candidato presidencial donar RD$20 millones del dinero pagado por el pueblo de manos de la Junta Central Electoral (JCE). Este dona mascarillas y guantes a la Policía Nacional, para prevenir el contagio, pero estos cobran en algunos casos RD$5,000.00, sin un seguro de vida en dos décadas de gobierno de los morados.
Este también aporta 15 mil kits para pruebas del Covi-19 al pueblo, en un país que tiene más de 11 millones de habitantes. Nos humillan poniendo propaganda proselitistas con la cara del candidato presidencial del oficialismo en las raciones de alimentos del Plan Social que incluye, una botella pequeña de aceite, una funda pequeña de arroz y una lata de sardinas rojas (picapica). Después de cuatro mandatos de los peledeistas los camiones de agua que salen a suplir nuestros barrios que no tienen este servicio básico, usan la cara del Penco. Este candidato sale a donarle al pueblo lo que es del pueblo.
Cuarto: es este mismo gobierno que quiere castigar a la clase media, ya que no ha tomado ninguna medida de salubridad o económica que alivie a estas familias. Este es un mensaje claro de Medina que busca venganza por sus denuncias públicas con los cacerolazos, bocinas y salir a enfrentar la impunidad de la corrupción en este país.
Nuestra indignación es con este presidente que se ha hecho sordo y mudo a los reclamos de miles de jóvenes que salieron a protestar en la Plaza de la Bandera para que renuncie el pleno de la Junta Central Electoral (JCE) y que aparezcan los culpables del intento de fraude en las pasadas elecciones municipales del 15 febrero.
Por último, nuestro presidente sigue pisoteando a este pueblo y sin dar respuesta a los préstamos hechos de los fondos de emergencia nacional que desde el 2017 suman US$1,050 millones. Medina si tiene tiempo para el pago de US$823.4 millones adicionales a Odebrecht por Punta Catalina, no US$395.5 millones, como nos quieren vender los medios de comunicación pagados por el oficialismo. ¿Cuántas vidas se hubieran podido salvar con esta cantidad de dinero?
El Coronavirus nos ha enseñado que nuestra mejor protección es Dios, que nuestro mejor refugio son nuestros hogares al lado de la familia y que nuestra mayor riqueza es nuestra salud. El oficialismo que sólo valora el enriquecimiento ilícito, mantenerse en el poder y dejar por último el valor de la vida de todos, son responsables de cada muerte en esta batalla en contra del Covi-19.