Por Luis Silié Carlo
Todos hemos sentido una sensación de qué algo va a suceder, un peligro, un hecho que sobre viene, es esa emoción, no precisamente de cobardía, pero de una activación del mecanismo de supervivencia que se activa dentro de nosotros que nos dice que tenemos un peligro delante a por venir.
Hablamos de una cadena de pensamientos que nos alerta de algo presente o futuro que nos causa incertidumbre porque no visualizamos correctamente su desenlace. A esto mi querido lector se llama miedo.
Ese temor, esa angustia real o imaginaria desencadena una serie de estímulos dentro de nosotros que suceden casi al mismo tiempo, sudoración, aceleración del corazón, respiración rápida, cuerpo tenso, comportamientos impropios de nosotros; ojo, y no siempre se manifiesta a todos por igual. Ésta conducta siempre ha existido mucho antes de la teoría del miedo de Sigmund Freud, animales y humanos son proclive a esta amenaza creada por un sentimiento innato.
Existen muchos tipos de miedo, desde un miedo escénico, hasta un pensamiento creado por nosotros mismos, nos vernos frente a una serpiente o una araña sin nunca haber experimentado presencialmente con esos animales o situaciones.
Pero usted debe de saber, que el miedo se origina dentro de usted, en su cabeza, si dentro del cerebro, ahí dentro en sus células nerviosas, una intrincada red de trafico entrelazadas responsables de todo lo que hacemos o sentimos. Unos de los problemas de esta gran autopista de pensamientos y/o acciones es que son muchas veces autónomas y responsables del miedo y están en el Tálamo responsable de la piel, boca, ojos, oídos, consciente de acciones sensoriales.
Pero no crean que esto se trata de una clase de sicología o venir a decirles que he descubierto la harina de yuca, es decirle que nuestro sistema, nuestras emociones, acciones, aptitudes, comportamiento y hasta nuestro salivar cuando vemos una buena comida, están fríamente estudiados. Así, que todo y cada miedo de los muchos que existen, sus respuesta fisiológicas y sicológicas han sido estudiadas. Por favor no confundir horror y terror.
Ahora bien, si a todo esto le agregamos un problema de comunicación, la transformación mental puede tomar direcciones que incluye el terror, ese miedo que nos lleva al pánico; también es conocido por propiciadores de guerras sicológicas, grandes empresas de marketing, cineastas, grupos religiosos, creadores de sistemas de desestabilización social.
Es decir pues, que el terrorismo viene del terror con todas sus consecuencias creado en nuestras mentes o insertado maliciosamente. Esto visto con prudencia existen grupos y sistemas con la capacidad de crear una eficaz destrucción unipersonal y colectiva.
Los peores son aquellos que a voluntad propia y organizados, cometen actos bien planificados creando una agresión colectiva que obliga a un cambio de comportamiento forzado por el terror acompañado con violencia y por supuesto, el campo de batalla son nuestras mentes creando ansiedad.
Esa antesala del terror, ese aviso de la ansiedad a nuestro ser de una amenaza inminente que pudiera venir desde dentro de nuestro ser o forzado desde fuera con una etiqueta de preocupación, intranquilidad, angustia y otras, son respuestas involuntarias, pero nunca olvidar que son señales de alerta a peligros inminentes que advierte que debemos de tomar medidas que nos permita enfrentarnos a la amenaza que lo causa.
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En el peor de los casos nos pueden causar peligros físicos, pero la realidad nos exige una visión real como respuesta a toda la panorámica que se nos presenta.
Por lo tanto, es prioritario el control y reconocimiento de la realidad y no dar paso mas allá de buscar información oficial y respuestas que permitan tener una efectividad global que vaya en dirección a ver la realidad presente y futura. Por supuesto que la situación será evaluada para su protección que es el equilibrio para poder tomar decisiones para otros principalmente los que están bajo su custodia y cuidado.
En una visión global también tenemos preguntas sin respuestas que nos podrían causar algún tipo de suspicacia acompañado de esa curva ascendente de la ansiedad; preguntas en nuestras mentes por experiencias pasadas muy cercana a nosotros y los nuestros.
De ahí es que tenemos que buscar informaciones de qué hacer y cómo hacerlo para evitar daños mayores de lo que visualizamos, la capacidad de protegerse de ser un daño colateral con medidas correctas de autoprotección es una de la mejor cooperación de control. Combatir el miedo es complicado por la preocupación de que son a veces incontrolables y sorpresivos.
No obstante el salvaguardarse adelantándose a obtener informaciones para su seguridad presente y futura, es un movimiento correcto para usted y los suyos. Sobre todo respetar las informaciones oficiales que también ayudan y mucho.
El autor es comunicador social.
