Por: Fausto Herrera Catalino
Errores en la alocución del presidente Danilo Medina, para hacernos creer que gestiona la crisis sanitaria, y además propone soluciones y promesas poco fundamentadas y carentes de realidad.
¿Acaso podemos confiar en Danilo Medina cuando manifiesta que la OMS considera a la República Dominicana como ejemplo de gestión ante el COVID-19?
Es tan grave esta percepción que puede tener consecuencias dramáticas en la vida de todos los dominicanos.
Para gestionar una “pandemia que enferma, aísla, mata, destruye empleos, cierra empresas, infunde miedo y deteriora la calidad de vida”; el presidente debe ser más pragmático, más humano y menos soberbio, porque los científicos son los deberían tomar intervención y aplicar sus métodos, ellos conocen y sustentan estadistas con fiabilidad y credibilidad.
Sin embargo, hizo sutil campaña, otorgando grandes elogios a su vicepresidenta, que apenas es capaz de representarlo; porque su falta de criterio arrojo al suelo su valor de la mujer dominicana.
Aunque el presidente no lo entienda, escuchar es comunicar y, a su vez parte esencial de la gestión de la crisis, pero lamentablemente cuando los intereses del mandatario de un país son otros que la defensa del pueblo, muestra la incapacidad de gobernar y la falta de transparencia porque los ciudadanos que lo eligieron dejan de reconocerlo como Mandatario del país.
Porque cualquier decisión se convertirá ineficaz si no es asumida en la práctica colectiva de la sociedad dominicana.
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Nunca como ahora el gobierno había estado con tanta presión bajo la mirada de la población. Porque aún los ciudadanos esperan que sus gobernantes ayuden a resolver los problemas. Que son problemas graves, con consecuencias terribles en la vida de todos.
El mundo y nuestra sociedad sufren la mayor crisis sanitaria, económica, social y política de la que tengamos memoria. Nuestra gente tiene miedo, mucho miedo, más del que puede confesarse en cualquier encuesta. Nuestra gente la está pasando mal, nerviosa, llena de incertidumbres, sin saber hacia dónde ir ni cómo resolver todo lo que ocurre.
Necesitamos del primer mandatario y su gobierno la máxima transparencia posible. Una comisión de veeduría no sirve de nada.
La descomposición política radica en el ejercicio leal y honesto y no en el engaño, la simulación y la mentira, que es lo que desde el inicio aplicaron el PLD y sus mandatarios.
La política, aquí, la convirtieron en un ejercicio del engaño, la simulación y la mentira, respaldada por nuevas tecnologías y especialistas en la manipulación de la voluntad popular. Ha sido la práctica del Partido de la Liberación Dominicana y sus gobiernos.
Los dominicanos que los escuchamos necesitamos saber que no hay nada que se oculte o que se falsee en medio de una situación tan amenazante. Esto incluye, además, que reconozcas sus errores con naturalidad y valentía.
Es lo mejor para la sociedad en este duro presente, pero también es lo mejor para el futuro de nuestro país. ¡ Y cuando todo acabe el pueblo soberano juzgará..!
19 de abril de 2020
