Por Nelson Luciano
Éste 5 de julio venidero, fecha en que se realizarán las elecciones presidenciales y concreciónales dominicanas, todo indica que a menos que surja un evento de malas arte del sector oficial que incidente el proceso electoral, el castigo al PLD, será mayor que el ocurrido el pasado 15 de marzo con las elecciones municipales; lo que sin duda constituirá un barrido al partido de la estrella amarilla, siendo el punto de partida para el cambio que tanto necesita la sociedad dominicana.
Los electores dominicanos con la facultad y oportunidad de decidir con el voto en esta fecha, el curso que seguirá la historia del estado dominicano, están convencidos de que el cambio es la opción que puede permitir un gobierno y congreso decente, donde como mínimo se respete la ley y estén garantizados los derechos y libertades de los ciudadanos.
La opinión de que hay que cambiar porque el PLD representa lo inmoral, lo ilegítimo, el dinero fácil; es un juicio generalizado que cada día cobra fuerza y apoyo público a la oposición.
Es imprescindible para la salud de la patria, que en este proceso se produzca un cambio de paradigma. El estado dominicano no puede continuar envuelto en escándalos de malversación y apropiación indebida de recursos públicos, ausencia de transparencias y rendición de cuentas de los servidores públicos, sobornos, nepotismo, tráfico de influencia, abuso de poder, etc.
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Otro factor que ha incidido en la vocación de cambio de los dominicanos es el fenómeno de la impunidad, el cual facilita la corrupción y no sólo se cumple en el ámbito penal cuando no se castiga el delito o conductas ilegales. Este flagelo que se manifiesta de diferentes formas también ocurre cuando el presidente hace desvíos de partidas asignadas a los ministerios para financiar sus candidatos, si resulta que el desvío es de salud pública se quedan los hospitales sin suministro y el gobierno viola el derecho a la salud de los dominicanos.
Quiero decir para terminar, que la razón de votar para cambiar en este proceso de los dominicanos está marcada más que todo, por la antipatía al PLD, partido de canallas y mentirosos que lo menos que han hecho en 20 años de gobiernos es destruir la vida institucional y crear una descomposición social sin precedentes.
Es por eso por lo que no va a servir de mucho que Danilo Medina use la cuarentena de manera ventajosa; tampoco será relevante el financiamiento ilícito a sus candidatos y menos aún la campaña de difamación e injurias de sus bocinas.
¡Hay una decisión y clamor delirante en esta sociedad de que el próximo 5 de julio, los Peledeistas “se van”
