Por Adolfo Perez De Leon
La crisis sanitaria producida por el coronavirus ha comprometido las principales economías del mundo. La República Dominicana no ha sido la excepción, de hecho, los pronósticos más optimistas auguran crecimiento cero para la economía durante el año 2020.
El llamado “Gran Confinamiento” y el contagio económico se sumaron a un período crítico para nuestro país. Al inicio del 2020, el turismo empezaba a reponerse de la embestida producida por una campaña internacional de pánico que quiso mancillar nuestra reputación como destino.
La crisis política que desencadenaron las fallidas elecciones municipales de febrero de 2020, sumado a la pandemia, nos han mantenido bajo circunstancias extraordinarias y desafortunadas durante un cuatrimestre, situación que podría durar hasta agosto, cuando inicie la transición política.
El desenlace de la pandemia aún es incierto. Los rebrotes internacionales y domésticos amenazan con matizar la desescalada, convirtiéndola en un zigzagueo de políticas públicas de ensayo y error.
Reactivar el comercio
Estos factores del entorno ameritan idear acciones concretas para la industria y el comercio que permitan catalizar el rebote económico.
¿Cómo podemos desencadenar todo el potencial productivo de la República Dominicana para maximizar el repunte económico?
Cuando hablo de “potencial productivo encadenado”, me refiero a que, como economía, siempre hemos crecido por debajo de nuestra capacidad.
Hay muchos factores: (i) la corrupción administrativa, (ii) los niveles de desigualdad inducida, (iii) la burocracia y la tramitomanía, (iv) la incompetencia, (v) los tributos absurdos, y (vi) las profusas regulaciones costosas, que han servido de trabas para el buen funcionamiento de la economía.
De nada nos sirve tener un “Ferrari” si no usamos todos esos caballos de fuerza. No podemos seguir desperdiciando potencial productivo.
A continuación, aporto algunos ejemplos puntuales de iniciativas productivas que se encuentran estancadas por la falta de políticas públicas efectivas.
Mipymes + nuevas tecnologías: Mipymtech
La industria y el comercio pos-Covid-19 tiene que ser a prueba de pandemias y de desastres naturales. Por eso hay que reenfocar los modelos de negocio y las políticas públicas de fomento de las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) para que puedan sobrevivir distintos tipos de desafíos.
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El nuevo emprendimiento deber ser multicolor. Debe ser verde: sostenible y equilibrado con el medioambiente. Rosa: priorizando los emprendimientos y la independencia económica de las mujeres y grupos más vulnerables. Naranja: vinculado con la innovación, la creatividad y la tecnología. Y blanco: libre de corrupción, informalidad, evasión tributaria y previsional.
Otra dimensión que tiene que impregnar a las Mipymes es la tecnológica. Tenemos que pasar de fomentar Mipymes a fomentar Mipym-Tech: emprendimientos que por diseño incorporen tecnología exportable, basados en modelos digitales y resilientes.
Un enfoque Mipym-Tech tiene el potencial de impactar transversalmente a distintas industrias y sectores económicos. De la misma forma que hoy se habla de Fintech (servicios financieros), Proptech (empresas inmobiliarias y turismo), InsureTech (seguros), Agrotech (agricultura), etc.
Garantías mobiliarias y acceso al crédito
Muchos emprendedores tienen ideas innovadoras y prometedoras, pero no tienen dinero. En parte, esto ocurre porque los bancos y prestadores formarles tienen un sesgo a favor de las garantías inmobiliarias (hipotecas) al momento de prestar. Sólo un puñado de bancos se especializan en prestarles a las Mipymes. Tampoco en el país se han priorizado las salidas a bolsa con acciones de oferta pública para las empresas tecnológicas o cuyo principal activo son las ideas.
Para esto se promulgó una anticipada Ley de Garantías Mobiliarias. Sin embargo, el gobierno no priorizó su implementación. De hecho, la campaña política y la necesidad de asegurar otro mandato relegaron esta ley a un último plano, a pesar de que ahora se necesita más que nunca para reactivar la economía.
Esta ley y su reglamento de aplicación son esenciales y serán una prioridad del gobierno del Cambio, tal y como ha anunciado nuestro candidato presidencial Luis Abinader.
¿Qué proponemos?
Priorizar y acelerar la implementación del Sistema Electrónico de Garantías Mobiliarias para que antes de que termine el año, los emprendedores puedan estar solicitando préstamos poniendo como garantías bienes muebles, para reactivar su capacidad productiva.
Cooperar con las cooperativas
El marco legal de las cooperativas tiene 56 años. Si ese marco legal fuera una persona estaría cerca de la edad de retiro. El sector cooperativista necesita de nuevas regulaciones que dinamicen esos modelos organizativos y permitan que las personas se asocien para realizar emprendimientos y transar con las propias cooperativas.
Las iniciativas económicas populares son esenciales para el desarrollo del país. La economía no puede demarcarse únicamente entre empresarios y trabajadores; productores y consumidores; como si fueran grupos con características mutuamente excluyentes.
Por eso, cuando se promueven las Mipymes, se deben fomentar las cooperativas y otras formas productivas de asociación comunitaria que brinden acceso popular al trabajo, la producción, el consumo, el ahorro, y sobre todo al capital y la propiedad privada.
Tengo plena convicción de que es posible que el dominicano no viva ajeno a la propiedad privada, ni dependiente de un empleo, sino que pueda aumentar su bienestar a través de las distintas oportunidades que brindan el libre comercio y la iniciativa privada.
En estos momentos cruciales e inciertos hay que activar estas – y otras válvulas – para utilizar todos los caballos de fuerza que están entrampados por la desidia regulatoria y la falta de políticas públicas certeras de fomento a la industria y el comercio.