SANTO DOMINGO.- El alto índice de fragilidad y debilidad del sistema judicial dominicano queda una vez más al “desnudo” con la misteriosa huida de dos pilotos franceses, Pascal Jean Fauret y Bruno Odos, juzgados y condenados en el país a 20 años de prisión por el delito de narcotráfico internacional.
Burlar el sistema judicial en República Dominicana no es cosa nueva. Lo que cambia es la modalidad con que implicados en delitos, culpables o no, evaden el peso de la ley en territorio dominicano.
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El avispero o escándalo que deja atrás la fuga de estos dos extranjeros, es parte del “folklore” como muchos dominicanos comienzan a ver, desde un tiempo para acá, el accionar de la judicatura nacional.
El repentino y ágil escape de los forasteros no hace más que añadir un ladrillo al monumento que se eleva a la falta de credibilidad en la justicia criolla.
Tras ser condenados a 20 años, acusados de narcotráfico, los aviadores apelaron la sentencia y un tribunal le dio prisión domiciliaria, por lo que se les tenía prohibido abandonar el país.
Se sabe que los fiscales actuantes en el caso mantuvieron en todo momento una posición firme, oponiéndose a toda variación de la medida de coerción inicial consistente en prisión preventiva, por considerar elevado el peligro de fuga de los procesados, tal como ha quedado evidenciado.