Por Dr. Juan Maartinez Luque
Como previsto, Danilo Medina dejó el Palacio, y en su lugar Luis Abinader será el nuevo Presidente de República Dominicana. Honor y gloria, esperanza y lealtad, progreso y bienestar, compiten en el anhelo de un pueblo que perdió su libertad en el recorrido de ocho años de sufrimientos, de políticos con apodos corruptos y apellidos infectos, pero al final la Divina Providencia envió justicia sobre la Tierra, o mejor sobre Quisqueya.
La misma noche de los resultados, una pregunta deambulaba en el país
– ¿Votaron contra Danilo Medina o en favor de Luis Abinader?
Debemos reflexionar, y esperar que el pueblo dominicano sea el que ponga fin a todos estas incógnitas. Los abusos de un puñado de oportunistas que quebrantó al país, merecen un juicio. Debemos igualmente esperar que el tiempo sea el testigo y que condene a todos aquellos que hundieron las esperanzas de un pueblo, que el nuevo presidente tenga el valor de izar la bandera alta con la nobleza esperada por todos, en el mástil de una voluntad que apareció el mismo día que se descubrió las irregularidades en las votaciones del 2016, donde el escrutinio parecía contener un logaritmo fullero que benefició a la caterva de un partido indigno y putrefacto.
Por eso, ante todas estas dudas que preocupan al pueblo, Luis Abinader debería impulsar una reforma en el interior de la administración, empezar con las condenas de los que confundieron patrimonio de estado con patrimonio personal.
¡Gesto personal que ganaría la confianza del pueblo, los que votaron por él y los que votaron contra Danilo! Es necesario pues, Crear una Oficina de Prevención contra la Corrupción para perseguir las malas praxis y aplicar las condenas de políticos deshonestos.
Seria pues necesario mostrar campañas de sensibilización contra la corrupción, iniciando actividades formativas desde el bachillerato, desde los centros sociales, desde cualquier rincón de la nación para que todos comprendan que los corruptos se enfrentan a las duras consecuencias de esta otra pandemia que arruinó al país durante el reinado sublime y dictatorial de Danilo y su séquito, todos ataviados bajo el rostro de la peor epidemia de la nación, donde no encontraron vacuna contra el robo, la droga, el clientelismo, contaminando a todos los componentes que gravitaban alrededor del presidente, hasta que obtuvo su mayor escalada entre el 2016 y el 2020.
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En esa época la cristalización democrática fue oscura y nunca reflejó la realidad del pueblo, porque los adversarios políticos fueron enterrados ya que la legitimación fue inexistente, ganó el PRM aunque gobernó el PLD.
Este hurto desde el 2016 crea síntomas de descomposición y el vértigo de la desconfianza se apodera de la ciudadanía que sabía que aquellas elecciones no fueron nunca legítimas y nunca debieron aceptarse, pero una Junta Electoral partidista, aliada al Comité Central del PLD transformaron el panorama democrático de la nación, donde los medios de comunicación fueron sobornados con contratos de publicidad que solo beneficiaba al partido en el poder y al grupo que más fortuna ha coleccionado en toda la historia de R.D. (Senadores del Oeste del país, dan fe de tanto acervo)
Ahora, todo cambia. Radios, televisiones, medios de comunicación escrita, alaban al recién estrenado presidente, olvidando que hace seis años, no quisieron descubrir la plasmación de la verdad.
¡Triste mundo de oportunistas que solo buscan el beneficio personal!
Esta actitud avisa al pueblo para que estén en guardia frente a los cánticos de sirena de una política oportunista, que todos, en una sola voz, pidan despolitizar a la justicia para que desde los pilares de la democracia sentencien a aquellos que hirieron de muerte la nación.
¡Dominicanos!, reclamemos tribunales de justicia razonables y justos al nuevo Presidente que empieza con un horizonte cargado de obstáculos, donde aquellos que se sintieron por encima de la ley, arreciando tiempos de demagogia, paguen la pesada deuda que hurtaron al pueblo. Esta sería la clave de un éxito asegurado al Presidente Luis Abinader, dando el ejemplo de probidad y rectitud, para que el país pueda conservar la independencia del Poder Judicial a la altura de nuestros tiempos.
No debemos caer en el odio, pero si reparar el mal de tantos dominicanos fallecidos durante la pandemia, porque el grupo de Danilo envió la nación al precipicio de la humillación, apoderándose de todo un pueblo y dejando miseria en los hospitales.
Acabo con un reconocimiento a la “Martha Verde”, que apretó el gatillo del cambio.
Dr. Juan Martinez Luque
