El presidente y  candidato reeleccionista del Partido de la Liberación Dominicana aseguró que combate la corrupción. Esta ironía choca con la valoración generalizada de la población que conoce múltiples casos de corrupción cometidos e impunes en la deteriorada administración del licenciado Danilo Medina, que día a día sale a la luz un nuevo caso.

Su inicial  popularidad está según estudios por debajo del 50%, cae en picada por incumplidas promesas de las visitas sorpresas, el abusivo impuesto ilegal a los combustibles, el alto costo de losartículos de primera necesidad ¡oh, plátanos! Y su negativa para consignar un aumento general de salarios para el próximo año. Y, además, el desempleo y la recesión económica. Su demostrada incompetencia en el tema dominico-haitiano. ¡La siete plagas de Egipto!

Un fraude en la confección del presupuesto del 2015 denunció la Comisión Económica de la campaña del licenciado Luis Abinader, candidato del  Partido Revolucionario Moderno, la Convergencia y aliados; 77 cuentas adulteradas por más de 25 mil millones de pesos.

A ese respecto, los organismos internacionales consideran que la República Dominicana está entre los diez países más corruptos del mundo.

El más reciente caso de la Oficina Supervisora de Obras de Estado es un fiel testimonio de la descomposición auspiciada por altos funcionarios públicos constituidos en carteles para la extorsión y la estafa.

Hasta la fecha y a manera de espectáculos mediáticos la justicia ha conocido algunos casos sonoros y todos  han sido archivados por interferencia partidaria. “No tirar ladrillos hacia atrás”, fue laorden que dio el mismo presidente en contra de su proclama de que actuaría por el rumor público.  Su resultado en la persecución a la corrupción es cero condenas.

La transparencia brilla por su ausencia en la adjudicación y firma de contratos nacionales e internacionales. Se desconocen los resultados del nuevo convenio con  la Barrick Gold, los términos de la licitación de las Plantas a carbón de Punta Catalina, asimismo, los acuerdos con Petrocaribe.

Por igual, los escándalos de la empresa brasileña Odebrecht, donde toda su cúpula de gerentes ha sido condenada en Brasil y otros países iniciaron investigaciones excepto el nuestro.

La adulteración de la cubicación en la remodelación del hospital Darío Contreras. Mientras se alega no poder invertir el 5% del PIB a la salud y el dengue azota y otras enfermedades  provocando la muerte a la población más vulnerables.

Otro dañado ejemplo fue la aprobación a papeletazos de la reforma para la reelección en el Congreso Nacional. Más la aberración ilegal del barrilito y el cofrecito.

La no rendición de cuentas de la ejecución presupuestaria del 4% del Producto Interno Bruto para la educación.

Se agrega, el 90% de los funcionarios del Estado se resisten y no han depositado su declaración jurada de bienes, como manda la Ley al respecto. En ese incumplimiento el presidente como jefe de la administración es principal responsable por su permisibilidad.

Otras irregularidades en procesos de encubrimientos son las desveladas por auditorías de la Cámara de Cuentas en las Alcaldías de Santiago, Distrito Nacional, San Francisco de Macorís, San Cristóbal, Los Alcarrizos, Santo Domingo Oeste, Santo Domingo Norte, Pedro Brand, Bayaguana, entre otros que como premio a su “conducta” serán nuevamente postulados a la misma posición.

En  la Cancillería se ha denunciado la existencia de botellas pagadas en dólares a nombrados en el servicio exterior que viven y cobran en el país. Entre ellos algunos Embajadores y Cónsules permanecen más tiempo en sus negocios privados que en las misiones oficiales.

Ahí está el caso del diplomático dominicano Francis Lorenzo, embajador adjunto del país ante las Naciones Unidas, imputado por asociación de soborno millonario. Dicho diplomático es dirigente del Partido de la Liberación Dominicana.

Ante esa burla del presidente en la proclamación de una organización satélite del oficialismo en declive, creyó que hablaba a extraterrestre. La mayoría del país votará en contra de su continuidad y la reelección por cuanto no permanecerá indiferente a la progresiva quiebra de todas las instituciones estatales.