Kamala Harris, la vicepresidenta de Estados Unidos, comenzó su primera visita al extranjero con un mensaje de esperanza. “La ayuda viene en camino”, ha dicho la tarde de este lunes en Guatemala, la primera parada antes de visitar México, dos países a los que pretende arrancar compromisos concretos para reducir el flujo de migrantes rumbo al norte. Ante el presidente guatemalteco, Alejandro Giammattei, Harris ha prometido en una reunión de dos horas a puerta cerrada gestionar ante empresarios estadounidenses inversiones locales, un programa de empoderamiento a mujeres jóvenes, una fuerza especial que ayude con investigaciones contra la corrupción y apoyos para la lucha contra el narcotráfico y las bandas de tráfico de personas que trabajan en las fronteras sur y norte del país centroamericano. Entre todos esos anuncios, la vicepresidenta aprovechó la conferencia de prensa en Palacio Nacional para comunicar de cara al sur un mensaje urgente para la Administración de Joe Biden: “No vengan a Estados Unidos. Seguiremos aplicando la ley y reforzando las fronteras… si llegan [ilegalmente] serán enviados de vuelta”.
It is Sildenafil citrate which circulates well, viagra cheapest gets dissolved in the blood and starts showing the best of their performance. Precautions to pursueA Kamagra supplement is commenced only for the ED sufferer; any other men or women and in can be found in both. deeprootsmag.org order levitra online It could be used for curing pulmonary hypertension. cialis 5mg price Prostatitis discount viagra sales is a very common male urinary disease.
Después de las promesas y de la advertencia a los guatemaltecos que se estén planteando migrar para que se esperen para hacerlo por las vías legales que su Gobierno pretende poner en marcha, llegó el momento incómodo. Fue cuando dos periodistas estadounidenses le cuestionaron al presidente guatemalteco sobre su compromiso con la lucha anticorrupción y con la independencia judicial, en un país donde el Estado de derecho está en un proceso de debilitamiento, según distintas organizaciones internacionales y locales.
Primero, Giammattei ignoró una pregunta de una periodista de la agencia AP que le cuestionó a Harris si el mandatario guatemalteco podía considerarse un aliado en la lucha contra la corrupción. Ante la falta de respuesta, otro reportero de CBS le preguntó en español qué les diría a quienes le acusan de ser parte del problema y de no tomarse en serio la lucha contra la corrupción. “¿En cuántos casos de corrupción he sido señalado?”, le preguntó el mandatario visiblemente molesto. “Cero”, se respondió a sí mismo antes de decir que no tiene acusaciones en su contra, que su Gobierno lucha contra la corrupción y que es un mal que no es exclusivo de los políticos.
“La corrupción [del narcotráfico] ha llegado a múltiples sectores de la sociedad que muchas veces son las que sirven de parapeto para que nosotros, por ejemplo, no podamos llegar a un lugar donde aterrizó una aeronave con droga”, aseguró echando balones fuera. Por su parte, Harris dijo que la postura de la administración Biden es clara al respecto: “Hay que erradicar la corrupción de raíz” para que los recursos no se desvíen de las personas que lo necesitan.
Ese ha sido también uno de los temas principales de una reunión que ha sostenido por la tarde con 18 representantes de organizaciones no gubernamentales y miembros de la sociedad civil, entre los que se encontraba la Premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú. Según le ha confirmado a EL PAÍS Carmen Rosa de León, directora del Instituto de Enseñanza para el Desarrollo Sostenible (Iepades), en ese encuentro, Harris “planteó que había sido muy clara con el presidente de la necesidad de la independencia judicial y el respaldo a la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (FECI) y [a su titular] Juan Francisco Sandoval y que para ellos esa cuestión estaba ligada con las posibles inversiones”