Cuando las Olimpiadas de Tokio se pospusieron en 2020, se hizo con la expectativa de que un año después la pandemia habría cedido y los juegos servirían de celebración por la victoria de la humanidad contra el coronavirus. Lejos de ello, se han convertido en un recordatorio de cómo el covid-19 todavía tiene de rodillas al mundo.
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Pese a todos los estrictos protocolos, el virus se escabulló en la villa olímpica. Hasta la fecha se han detectado al menos 67 casos, algunos identificados con la contagiosa variante Delta que es más difícil de contener y ha ocasionado graves repuntes en varios países.
Publicaciones científicas como The Lancet y el New England Journal of Medicine han cuestionado la decisión de celebrarlos contra todos los pronósticos. La mayoría de la población japonesa -de la que apenas el 20% está vacunada- no los recibe con beneplácito, reveló una encuesta reciente.
Tokio está en estado de emergencia debido a un repunte de casos. En Japón estos se han disparado 112% en las últimas dos semanas.
Cuando la antorcha olímpica se apague el 8 de agosto, más de 100,000 personas habrán muerto de covid-19, ha dicho el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, para quien los juegos que hoy comienzan deben servir de esperanza. “En los 125 años de historia de los juegos, se han realizado en medio de guerras, crisis económicas y revueltas geopolíticas, pero nunca han sido organizados a la sombra de una pandemia”, comentó recalcando que “aunque el covid-19 pospuso los juegos, no los ha vencido”.
Para él, “las Olimpiadas tienen el poder de unir al mundo, de inspirarnos y demostrarnos lo que es posible”, por lo que los juegos “deben ser el momento que unifique al mundo y encienda la solidaridad y determinación que necesitamos para terminar juntos con la pandemia”.
El covid-19 ya cambió los Juegos Olímpicos 2020 incluso antes de que comiencen oficialmente. A continuación, algunas de las cosas que harán de estas Olimpiadas unas para recordar por siempre.
La contradicción de que unas Olimpiadas de Tokio 2020 se celebren en 2021 ya habla de los inmensos retos que las han caracterizado. Para enero de 2020 todo estaba listo en Japón para su celebración. Inicialmente se descartó posponerlas, pero pronto quedó claro que no había otra opción.
Un año después, cuando se suponía que la pandemia debía estar bajo control, incluso con la poderosa arma que representan las vacunas, la aparición de nuevas variantes y la falta de equidad en la distribución de la vacuna, han empañado de nuevo el evento.
El Comité Organizador de las Olimpiadas de Tokio no permitirá espectadores -locales o visitantes foráneos- a los juegos. ¿Cómo afectará esto el desempeño de los atletas? Es una pregunta abierta que será respondida en los próximos días.
“Me gusta alimentarme del público. Estoy un poco preocupada sobre cómo lo haré en estas circunstancias”, comentó a Associated Press la gimnasta estadounidense, Simone Biles, un sentimiento que seguramente comparten otros atletas.