Por Neo Carmona
cialis price The vital equipment like respirators, intensive care systems and heart monitors needs clean power supply and having a reliable power supply to operate, without which they would be at the risk of having sexual issues. Sildenafil overdose can result in buy cialis cialis painful and long lasting erections. You should offer your system with alkaline minerals from your natural foodstuffs. cheapest cialis australia While this inclination is 5mg cialis not to be supported, it is currently an evident actuality that this is a genuine one: Guarantee stamp: It is very essential for you to know and apply good body posture, as well as to keep it that way for long.
Como líder de la Nación, el presidente Luis Abinader Corona es el principal garante de la institucionalidad, desarrollo, autonomía e independencia de la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Si recordamos que la Autonomía Universitaria está consagrada en la Constitución de la República, el compromiso del presidente es doble pues, al asumir su cargo, juró cumplir y hacer cumplir la Carta Magna. Es decir, no estamos hablando de cualquier cosa.
Superado este punto, no podemos hablar de una UASD que ejerza plenamente sus facultades constitucionales si esta no puede llevar a cabo sus elecciones ordinarias para elegir a sus autoridades libremente, sin la intervención directa del Gobierno, que no es parte del proceso y que, por demás, debe procurar, sobre todo con su neutralidad, a que estas se realicen de forma diáfana, transparente y democrática como ha sido nuestra costumbre.
El presidente Abinader, en quién este pueblo dominicano depositó sus esperanzas de Cambio real e institucionalidad y modernización del Estado. Que nombró a una jueza de trayectoria impecable e imparcial frente al Ministerio Público, como la magistrada Miriam Germán Brito. Y que para garantizar la necesaria independencia de la justicia dominicana le propone a la sociedad una reforma constitucional que, inclusive, limita los poderes del ejecutivo, no puede ser el mismo presidente que mire hacia otro lado mientras directamente del interior del gobierno, y específicamente en su nombre, se comprometen los recursos del Estado, se ofrecen prebendas y se amenaza a profesores, dirigentes políticos, estudiantiles y empleados para tratar de imponer en la UASD un proyecto rectoral que, por su naturaleza y carácter, no cuenta con el respaldo de la mayoría de la comunidad universitaria. Eso sería, además de doble moral descarada, parte de la corrupción gubernamental que el propio presidente ha demostrado combatir.
El presidente Luis Abinader no puede permitir que se afecten sus buenas relaciones con la UASD, se dañe la imagen de su gobierno y se ponga en entredicho su palabra por aquellos asistentes y ministros que, ciegos de poder, hoy mantienen vigentes las prácticas malsanas que tanto mal le han hecho a nuestra sociedad.
Es su imagen, su palabra, su compromiso; es su Gobierno. Pero, sobre todo, es el anhelo más profundo de Cambio en la administración del Estado y en el ejercicio político que él nos prometió a todos los dominicanos y las dominicanas.