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UASD, alborada libertaria y debates

Prof. Fausto Herrera Catalino

Por: Fausto Herrera Catalino

Me honra presentar, a esta selecta audiencia, “UASD, ALBORADA LIBERTARIA Y DEBATES”, historiografía inédita: obra del licenciado Sebastián del Pilar Sánchez. La rebeldía, el heroísmo, el romanticismo, el patriotismo y la solidaridad de la juventud dominicana, es su narrativa.

En esas dos décadas, de 1960 a 1980, de intensas luchas políticas e ideológicas, en el país y un contexto de guerra fría en el mundo, un gran escenario para la expresión democrática, revolucionaria y libertaria, en el espacio de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).

Las jornadas de protestas contra la dictadura y la expulsión de los profesores trujillistas, incluida la suspensión del doctor Joaquín Balaguer; la conquista política que estableció elecciones para la sucesión democrática de gobiernos, que se ha mantenido desde entonces. El producto más concreto de la Gesta de abril de 1965 es la Universidad Autónoma de Santo Domingo.

La lucha armada que se libró contra el ejército más poderoso del mundo, en la Zona Constitucionalista, donde combatieron intelectuales y estudiantes universitarios; de ahí surgió el Movimiento Renovador Universitario, que tan pronto cesaron los combates exigió a las autoridades que gobernaban la universidad un cambio de rumbo, que, siendo inaceptable para ellos, culminó con su salida de la más antigua universidad del Nuevo Mundo.

Sin la Revolución de abril, posiblemente no hubiese habido un Movimiento Renovador Universitario, y sin un Movimiento Renovador Universitario, se hubiese quedado la UASD en el Siglo XIX.

Un fatídico acontecimiento consternó al país durante el gobierno provisional del Dr. Héctor García Godoy, el 9 de febrero de 1966, en la manifestación estudiantil que convocó la Federación de Estudiantes Dominicanos (FED), con la consigna “! Fuera Yankees de Quisqueya!” con la dirección de Amín Abel Hasbún, secretario general y Romeo Llinás, vicesecretario.

Aquel día la dotación militar del Palacio Nacional ejecutó una masacre a estudiantes secundarios y universitarios; donde “murieron los jóvenes Miguel Tolentino, Antonio Santos Méndez y Luis Jiménez Mella; y un mes después falleció en un hospital de San Antonio, Texas, la adolescente Altagracia Amelia Ricart Calventi, de 14 años, estudiante del Instituto de Señoritas Salomé Ureña.

Entre los lesionados estuvieron Brunilda Amaral, Antonio Pérez Méndez (Tony), Evita Germán, José Ramón Casimiro, Jaime Tomas Estrella, Griselda Zorrilla, Miguel Núñez, Juan Castro, José María de la Cruz, Ernesto Caamaño, Víctor Ramírez, Ciprian de Jesús Báez, José Javier Solís, Vinicio García, José Zabala, Roberto Ramírez y Modesto Guzmán Castro”.

Sagrario Ercida Díaz Santiago, líder estudiantil, fue la otra gran mártir universitaria de los 12 años, un 4 de abril de 1972, un contingente militar y policial cercó y violó el fuero universitario alegando la búsqueda del revolucionario, entonces, Tácito Perdomo Robles.

Al aproximarse al Alma Mater las tropas comenzaron a disparar sin miramientos, mientras los estudiantes, en proceso de inscripción, cantaban el himno nacional, así alcanzó una bala mortal en su frente a Sagrario, que, durante 10 días agonizó junto al país y expiró el 14 de abril en curso.

También, explica la mítica lucha ¡“Medio Millón a la Universidad… y para los presos queremos libertad!” que generó las leyes impositivas, gracias a la exitosa gestión ante el presidente Balaguer del vicerrector administrativo de la UASD, doctor José Rafael Abinader Wasaf.  Esta reivindicación afianzó el liderazgo del dirigente perredeísta, Hatuey De Camps Jiménez, secretario general de la Federación de Estudiantes Dominicanos (FED).

Entonces, eran fieros los debates en el ámbito filosófico y conceptual acerca del Capital de Carlos Marx, la guerra y la paz, la lucha de clases, las contradicciones y desviaciones ideológicas; del socialismo soviético, el maoísmo chino, la socialdemocracia europea y el socialcristianismo; la revolución cubana, la revolución de liberación nacional de vietnam y estrategias de guerrillas contra el imperialismo, colonialismo, el fascismo, a nivel local las tesis de la dictadura con respaldo popular, la revolución democrática nacional y el socialismo democrático (PRD) y del colonialismo ideológico (MPD).

 

De los logros tangibles del movimiento estudiantil y la izquierda revolucionaria, este libro recoge aspectos medulares de su rol, protagonistas, errores y divisiones de sus líderes y hazanas como el secuestro el 24 de marzo de 1970 del coronel Donald J. Crowley, agregado militar de Estados Unidos canjeados, al gobierno balaguerista, por 21 revolucionarios presos políticos. De esos luchadores quedan algunos vivos.

 

Es el resultado de una investigación que ha incluido intensas horas de estudio: selección, lectura y análisis de documentos en la hemeroteca del Archivo General de la Nación. La obra contiene 236 páginas en 47 relatos e incluye un magistral prólogo del catedrático Luis Decamps, titulado: De cuando era “Dulce y Honroso Morir por la Patria”. La edición tuvo a cargo del Dr. Almanzor Gonzalez Canahuate.

Un aporte singular de la obra es su exhaustivo análisis de los acontecimientos al reflexionar ¿qué hacer? Para convertir los sueños y sacrificios de tantos jóvenes valiosos en el éxito de un mejor país: Una República Dominicana con un modelo de Estado progresista.

El autor, se forjó ideológicamente en la trinchera de los debates que eran cotidiano en las explanadas de la Facultad de Ingeniería de la UASD y del alma mater, en una época de compromiso y rebeldía juvenil. Por eso, alcanzó categoría de “teórico” en el Frente Universitario Socialista Democrático (FUSD), organización que representó dignamente en los organismos de gobierno y cogobierno universitario, mientras cursaba la carrera de comunicación social.

Así recordamos a Bachan, el apodo entre sus compañeros, quién se destacó en la redacción de las proclamas y volantes del FUSD; también como locutor del programa radial “Tribuna Democrática” del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), junto a la inolvidable Milqueya Corporán, Juan José Encarnación, Fideas Omar Díaz Santiago, Glovis Reyes y el director Tony Raful, entre otros prominentes compañeros.

Es oportuna la ocasión para recordar el suceso que ocurrió en una madrugada del verano de 1974, mientras un equipo de jóvenes fusdistas instalábamos el equipo de sonido para el cierre de la campaña para la dirección de la Federación de Estudiantes Dominicanos (FED), a celebrarse el 24 de julio, al ensayar nuestra consigna “Somos FUSD y vamos FESESD” con 4 potentes bocinas, el sonido se extendió más de un kilómetro cuadrado.

El sonido atronador llegó hasta la casa del Dr. Joaquín Balaguer, presidente de la República; eso provocó que un Comando del Cuerpo de Ayudantes Militares penetró a la UASD en dos jeeps y nos encañonaron ordenando apagar el equipo, lo cual hicimos y evitamos que el incidente pasara a mayores consecuencias.

Sin embargo, con dicha consigna ganamos el nombre de FUSD derrotando al Frente Estudiantil de Liberación (FEL) del Partido de la Liberación Dominicana.

También, recordamos al compañero Sebastián del Pilar, a la vanguardia, cuando con cinco banderas blancas hicimos el primer recorrido del FUSD por el Colegio Universitario, al tiempo que el profesor Juan Bosch renunció del PRD y fundó al PLD; mientras el doctor José Francisco Peña Gómez asumió el máximo liderazgo del PRD.

Exhortamos, a la lectura de esta obra que examina episodios desconocidos en la lucha por la democracia de nuestro país, hechos ocurridos en las décadas señaladas.

Y, al concluir, tributo mis palabras a todos aquellos que llevaron sus sueños hasta el supremo sacrificio y con su sangre generosa abonaron la senda por la defensa de la soberanía nacional, la libertad y la justicia social, por su magnífico ejemplo: ¡Una apuesta por la esperanza!

9 de septiembre 2022