Como de costumbre, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, fue el primer mandatario en intervenir en la Asamblea General de las Naciones Unidas. Luego del discurso del secretario general de la ONU, António Guterres, y de Philemon Yang, presidente del 79º período de sesiones, el jefe de Estado del gigante sudamericano saludó a la delegación de Palestina.
“El domingo adoptamos el Pacto para el Futuro y la dificultad de su aprobación demostró cómo se debilitó nuestra capacidad colectiva para solucionar los problemas. Tenemos que ir mucho más allá y darle a las Naciones Unidas los medios necesarios para hacer frente a los cambios vertiginosos a nivel internacional”, comenzó Lula.
Y siguió: “El 2023 ha visto un récord muy triste, la mayor cantidad de conflictos desde la Segunda Guerra Mundial. Los recursos de la guerra se pudieron haber usado para luchar contra el hambre. Vemos dos conflictos simultáneos con el potencial de convertirse en conflictos generalizados. En Ucrania, vemos como la guerra se extiende. Está claro que ninguna de las partes logrará sus objetivos a través de medios militares”, indicó el líder del Partido de los Trabajadores, al tiempo que mencionó el plan de paz de China y su país como vía para una solución.
Respecto a la guerra en Medio Oriente, expresó: “Gaza es una de las peores crisis humanitarias de la historia reciente, y ahora se extiende peligrosamente al Líbano. Lo que empezó como un acto terrorista de fanáticos contra israelíes inocentes se ha convertido en un castigo colectivo a los palestinos”.
Luego se refirió al cambio climático y enfatizó: “Es imposible ‘desplanetizar’ nuestra vida. Estamos abocados a la interdependencia en materia del cambio climático por ejemplo. La negación se impone ante las pruebas del calentamiento global. En el sur de Brasil sufrimos las mayores inundaciones desde la década del ‘70 y los incendios forestales se extendieron por todo el país. También sufrimos una sequía récord”.
En cuanto a su país, sostuvo: “Mi gobierno no abandona su soberanía y no deja de lado sus responsabilidades. No toleraremos crímenes medioambientales. Hemos reducido la deforestación en el Amazonas en un 50% el año pasado y la erradicaremos en 2030. Brasil es una fuente de oportunidades. Somos uno de los países con la mezcla energética más limpia”.