El público norteamericano pudo ver el martes por la noche a los candidatos republicanos a la presidencia debatir durante más de dos horas casi exclusivamente sobre seguridad nacional y la amenaza de terrorismo internacional. De nuevo, como en cualquier asunto en los últimos seis meses, todo el debate giró en torno a una frase de Donald Trump. Cuando el millonario reconvertido en candidato dijo que se debía vetar la entrada de musulmanes en Estados Unidos tiró a la papelera cualquier guion que los otros 12 candidatos pudieran tener preparado.
La cercanía de los ataques terroristas de París y San Bernardino han hecho de la amenaza terrorista de algo abstracto que sucede en Siria a algo muy real que puede estar sucediendo en la casa de al lado. El efecto de terror es real, como demuestra que el mismo día del debate por la mañana la autoridad educativa de Los Ángeles decidió cancelar las clases de 640.000 estudiantes, causando un enorme trastorno, por una amenaza en un correo electrónico que a las pocas horas los expertos consideraban una broma evidente. El estado de nervios en una parte de la población de EE UU es real. Y el debate fue una oportunidad perfecta para presentar al Partido Republicano como solución.
En este ambiente, el debate, celebrado en un teatro del hotel The Venetian de Las Vegas, se convirtió en un momento de la verdad para los candidatos republicanos. La seguridad nacional ante la amenaza terrorista no es un tema debatible, no caben medias tintas. Dar la impresión de debilidad en esta cuestión acaba con una carrera. Y, sin embargo, los candidatos estaban obligados a exponer de manera razonada y matizada una estrategia de seguridad creíble frente a la propuesta de brocha gorda de Donald Trump. La idea de vetar a los musulmanes suena creíble a más de la mitad de los votantes republicanos y ha hecho a Trump subir de nuevo en las encuestas.
El tornado que hace girar a todos los demás candidatos en esta campaña, Donald Trump, no concretó ninguna de sus propuestas en materia de seguridad. Dijo que había que limitar Internet, no precisó su idea de vetar el proceso de inmigración, repitió que es posible deportar a todos los inmigrantes irregulares del país. Al contrario que los demás candidatos, no defendió las guerras de EE UU en Oriente Medio: “Hemos gastado cuatro billones de dólares y no hemos conseguido nada”. Opinó que ese dinero se podía haber gastado
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Hasta tal punto se hizo evidente que Bush había ido a Las Vegas a morder a Trump, que este se quejó ante las cámaras. “Es triste que CNN empiece todas las preguntas al señor Bush con que si Trump dice esto o aquello. Lo harán por la audiencia”. “Estos son asuntos duros”, dijo Bush. “Ah, ¿y tú eres un tipo duro?”, respondió Trump, visiblemente irritado con la actitud de Bush. En la sala de análisis, el equipo del exgobernador de Florida no ahorraba calificativos para el magnate inmobiliario: “Errático, inconsistente”. El estratega Danny Díaz, del equipo de Bush, dejaba muy claro qué había ido allí a buscar su candidato: “Este era un debate de comandante en jefe, y Bush ha dejado claro quién sería el mejor comandante en jefe”.
Trump fue también atacado por otros candidatos como Rand Paul, para quien incrementar la vigilancia en Internet es un atropello constitucional. Sin embargo, recibió cierto apoyo del senador Ted Cruz, que presentó una versión matizada del mismo plan. “Todo el mundo entiende por qué Donald ha dicho lo que ha dicho”. Cruz vetaría la entrada de inmigrantes durante tres años “de países donde opera ISIS”. La mujer terrorista de San Bernardino vino de Pakistán.
El grupo terrorista dominó casi todo el debate. Los candidatos defendieron con matices (excepto Trump) la presencia de Estados Unidos en Siria e Irak, en una paleta de propuestas que fueron desde bombardear sin piedad y luego invadir (Cruz) hasta apoyar a las fuerzas locales sobre el terreno o construir una gran coalición internacional (Bush). Chris Christie y Carly Fiorina, que proponen una zona de exclusión aérea en Siria, dijeron que no dudarían en ordenar el derribo de un avión ruso sobre esa zona, aún a riesgo de iniciar una guerra con Rusia.