México ha iniciado el proceso de extradición del narcotraficante Joaquín El Chapo Guzmán. Este domingo, elementos de la Agencia de Investigación Criminal adscritos a la Interpol han informado al capo del cártel de Sinaloa que Estados Unidos lo reclama. Las autoridades han entregado al delincuente, capturado el viernes pasado y desde entonces encarcelado en el penal del Altiplano, dos órdenes de detención con fines de extradición. Este es el inicio de un proceso judicial que podría concluir con Guzmán Loera abordando un avión rumbo al norte para comparecer frente los tribunales en alguno de los seis Estados donde es buscado.
Ahora que El Chapo ha sido notificado, cuenta con tres días para oponerse al proceso y contará con 20 días para probar por qué no debe ser enviado a Estados Unidos. Este último proceso puede extenderse. La Procuraduría General de la República (PGR, Fiscalía) ha informado en un comunicado de que los jueces deberán desahogar esta parte probatoria del proceso. Cuando emitan una opinión, a favor o en contra de la extradición, esta será turnada a la Secretaría de Relaciones Exteriores. El ministerio deberá de emitir los acuerdos para entregar al capo del narcotráfico al vecino del norte. Aunque se dice fácil, el proceso podría tardar varias semanas o hasta meses, según los tiempos de la justicia mexicana. Este lunes, un cargo de la PGR ha afirmado que la cuestión se podría demorar “al menos un año”.
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Este sábado, un día después de que el capo fuera encarcelado nuevamente en el penal de Almoloya, su abogado, Juan Carlos Badillo, interpuso un nuevo amparo para evitar que su cliente sea entregado a Washington. “Japón, Israel, Francia, Inglaterra no extraditan a sus connacionales. ¿Por qué nuestro México tiene que vender a sus ciudadanos como si fueran un barril devaluado de petróleo?”, dijo el letrado a los reporteros afuera de la prisión de la que El chapo se fugó por un túnel en julio pasado.
La lluvia de amparos puede empantanar el proceso de extradición, como ha sucedido con otros capos del narcotráfico. Un ejemplo es el de Edgar Valdés Villarreal, un sanguinario sicario que comenzó trabajando para El Chapo como jefe de gatilleros y que después se convirtió en su rival como operador de Alfredo Beltrán Leyva, del cártel de los Beltrán Leyva. La Barbie, como lo apodan, fue detenido en agosto de 2010. La justicia mexicana autorizó su extradición a Estados Unidos en 2011. Eso fue el inicio de una larga batalla en los tribunales. Valdés tramitó un amparo que fue revisado por magistrados en primera instancia. El amparo fue rechazado en tribunales colegiados en febrero 2014. Fue hasta octubre de 2015 que La Barbie fue entregado a las autoridades estadounidenses. El Chapo Guzmán y sus abogados podrían seguir esta misma ruta apelando a las excepciones de la Ley de Extradición: que podría ser condenado a la pena de muerte. Guzmán es acusado de 21 cargos, 13 de ellos por asesinato. La fiscalía de Estados Unidos, sin embargo, no la solicitará esta pena para evitar que el proceso se descarrile.
