Por Dr. Angel Aguasvivas
Dentro de las conductas que frecuentemente enfrentamos en nuestras vidas, existe una muy particular y consiste en aquella que algunas personas utilizan para lograr sus objetivos. Con el tiempo ese modo de actuar los delata en su afán de mantener su engañosa perfidia. Son esos individuos quienes con sus conscientes actuaciones, tratan de lograr sus fines pasando por encima de los intereses de los otros.
Son manipuladores. Sin embargo, quien (?) no ha manipulado en una u otra forma?. Quien no ha sido en su vida victima de estos oportunistas.
La manipulación implica un esfuerzo consciente de utilizar la persona que desea manipular con la intención implícita en beneficio claro para el manipulador en perjuicio de los intereses del manipulado.
Estas personas no conocen otra forma de actuar, ese es su estilo y en la más de las veces, actuarán de esa forma. Mas allá de lo que la voz popular nos presenta como manipulador, como una persona que controla sus sentimientos para lograr sus objetivos y que sabe manejar las más diversas situaciones para sacarle provecho; me dirigiré a desnudar las diferentes motivaciones que conducen a una persona a comportarse de tal manera.
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La inseguridad personal del manipulador las hace adictas a la acción manipulativa, solo por el hecho de la satisfacción de sentir el poder que da la vivencia de haber logrado sus objetivos. Al controlar el medio con sus métodos manipulativos les brinda una falsa sensación de seguridad. De ahí, que ellos tratan de someter a los demás a su chantaje.
La lucha interna que tienen que confrontar en el logro de su objetivo, su ego se debilita, y su esfuerzo lo dirige a que los demás tomen responsabilidad por las atribuciones que a ellos les corresponden. Para ellos es mucho mas fácil poner las responsabilidades y las eventuales culpas del posible fracaso en los otros.
El manipulador por excelencia, generalmente, tiene características de histérico e histriónico. Son personas que demandan una atención constante, desean ser el centro del espectáculo. pero asumen técnicas manipuladoras muy sutiles, normalmente asumiendo el rol de victimas. Una persona que se preocupa por los demás, pero que no recibe la lealtad a sus esfuerzos.
Crean unas actitudes aparentemente desinteresadas y lastimosas. Son capaces de crear una tela de araña donde caen todas las personas de buen caracter. Se consideran superiores a los demás, y no es más que una forma de encubrir con su mecanismo de defensa inapropiado, sus propios complejos de inferioridad.
Asumir una conducta pasiva ante los manipuladores, estamos asumiendo una actitud de complicidad ante la vil y engañosa conducta de estos falsos apóstoles de la humildad.
