Los expresidentes que median entre la oposición venezolana y el Gobierno de Nicolás Maduro, entre ellos el español José Luis Rodríguez Zapatero, se aferran a la implicación de Estados Unidos y varios países de América Latina para mantener viva la vía del diálogo. La prioridad para los mediadores es lograr medidas de consenso para paliar la crisis económica y frenar el desabastecimiento que asola a Venezuela antes que una solución política. La oposición se mantiene firme en que el revocatorio contra Maduro es una condición indispensable para sentarse a hablar. Mientras, varios diputados fueron agredidos este jueves por colectivos chavistas tras una protesta ante el Consejo Nacional Electoral.
Las agresiones dificultan el diálogo, pero no lo cierran, aseguran fuentes conocedoras de estas negociaciones. Las conversaciones formales, que se iniciaron hace poco más de dos semanas en República Dominica, sufrieron un revés el pasado lunes después de que la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) pidiese suspender la reunión con Zapatero, el dominicano Leonel Fernández y el panameño Martín Torrijos. “Estamos en la fase de esperar que la MUD sea capaz de definir si la voluntad es clara. No hay un diálogo cara a cara, pero sí indirecto, hay conversaciones de facto”, aseguran fuentes próximas a los mediadores.
Uno de los factores que animan a seguir adelante con la vía del diálogo es el apoyo internacional que está recibiendo esta iniciativa, especialmente desde Estados Unidos. El Departamento de Estado no solo respaldó públicamente el primer encuentro en República Dominicana; su papel es de “mucha implicación”, aseguran varias personas al tanto de estas conversaciones. El secretario de Estado, John Kerry, está en permanente comunicación con Zapatero, a quien anima a “persevera y apostar por esta vía de forma prioritaria”. “Están dándoles toda la confianza y apoyo”, insisten las mismas fuentes. Otra de las personas que ha jugado un papel determinante ha sido el que fuera secretario de Estado Adjunto para América Latina y actual consejero del Departamento de Estado Thomas Shannon. Gran conocedor de la región y de Venezuela, hace justo un año ya se reunió con la canciller Delcy Rodríguez y el entonces presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, en Haití. Shannon, confirman fuentes de Unasur y de la MUD, fue uno de los impulsores de que los tres expresidentes acudieran el pasado diciembre a Venezuela como acompañantes de las elecciones.
La posición de Estados Unidos ha sido también determinante para que muchos países con peso en la región hayan apoyado la vía del diálogo de los expresidentes, auspiciada por Unasur. Zapatero está en contacto con varios cancilleres, como la argentina, Susana Malcorra, y ha mantenido conversaciones con algunos presidentes, entre ellos el colombiano Juan Manuel Santos. También mantiene informado al canciller español, José Manuel García-Margallo. Este respaldo propició incluso que la OEA aprobase una declaración instando al diálogo solo un día después de que el secretario general, Luis Almagro, activase la Carta Democrática contra Venezuela.
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El respaldo de la Administración de Obama causó “sorpresa” en el Gobierno chavista, inicialmente más escéptico a cualquier atisbo de negociación con la oposición, a la que ha menospreciado y tratado de minar después de la abrumada victoria en las elecciones parlamentarias del pasado diciembre. Desde entonces, el chavismo, a través del poder judicial que controla, ha tumbado cualquier iniciativa de la Asamblea Nacional. “Ahora han interiorizado que el diálogo es una condición indispensable dada la crítica situación del país, incluso por su propio interés”, admiten varias fuentes consultadas.
La prioridad de los expresidentes es tratar de frenar la crisis económica y humanitaria que vive Venezuela. La preocupación más apremiante es frenar el desabastecimiento. “Lo que no puede ser es que la batalla del revocatorio nuble la vista sobre el abismo económico, porque si no nadie va a ser capaz de diseñar qué va a pasar después”, recalcan varias personas próximas a los mediadores. Lograr modificar el tipo de cambio, el control de precios y facilitar la importación de alimentos y medicamentos son algunos de los temas que se pretenden tratar. Sobre la mesa está un plan de ajustes elaborado por Leonel Fernández y el economista venezolano Francisco Rodríguez.
La mediación, sin embargo, no ha encontrado un respaldo absoluto en la MUD. A la primera reunión en República Dominicana acudieron representantes de Acción Democrática, Un Nuevo Tiempo, Voluntad Popular, el partido de Leopoldo López y Primero Justicia, que lidera el excandidato presidencial Henrique Capriles. “Hay cuatro agendas distintas, están en fase de intentar producir una síntesis entre los que tienen un interés más inmediato por el revocatorio y los que consideran que es importante pero también abogan por un diálogo de fondo sobre lo que ocurre en el país”, aseguran fuentes próximas al expresidente español. Desde que acudiese en diciembre como acompañante a las elecciones, Zapatero ha tenido más empatía con Acción Democrática y Un Nuevo Tiempo, formaciones que integran, al igual que Voluntad Popular, la Internacional Socialista.
La MUD es unánime en cuanto a forzar la celebración de un revocatorio este año, pero las agendas difieren sobre qué debe suceder después de un eventual referéndum. Un sector de la MUD teme que Capriles pretenda cobrarse el acierto que tuvo al apostar desde temprano por el revocatorio y use este proceso como campaña para posicionarse como candidato presidencial otra vez. Esos sectores preferirían postular a una figura más neutra como candidato para el Gobierno de transición que completaría el actual período constitucional. Capriles, por su parte, teme que el referéndum revocatorio, por el que tanto ha luchado, se convierta en moneda de cambio en la mesa de negociaciones en manos de quienes están dispuestos a perjudicarlo. Fueron las críticas públicas a la MUD, proferidas el pasado viernes por Capriles durante una rueda de prensa, un factor decisivo para que la oposición decidiera no acudir a la segunda ronda de aproximación al diálogo del pasado lunes en República Dominicana.
